¡Hola, Bienvenidos!

¡Hola amigos!


Os abro encantada las páginas de este blog. ¡Bienvenidos!

La cocina para mí es entretenimiento, un motivo para relajarme, expresarme, experimentar y hacer disfrutar a quienes prueban mi comida; incondicionales mi familia y amigos (siempre muy agradecidos), tengo motivos para poner pasión en cada uno de los platos que hago, ojalá logre transmitírosla.


Lo dedico a mi madre.

viernes, 25 de noviembre de 2016

BISCUIT GLACÉ DE CHIRIMOYA CON SALSA DE RON MONTERO






Sí, ya lo sé, que sin huevos no, jajaja. ¿Dónde se ha visto un biscuit glacé sin ellos? ¡pues en este blog!  Sabéis que no suelo ser muy dogmática con mis recetas y hoy ha tocado prescindir de lo más básico,  puede ser que de paso este delicioso postre les sirva a aquellas personas que tienen algún problema al tomarlos.

En él se combinan dos ingredientes, ambos de la ciudad de Motril: la chirimoya y el ron Montero.

Qué decir de la fruta, que desde hace años se cultiva en una tierra óptima y con el clima apropiado para ello. Merece especial mención el ron que se fabrica aquí, reconocido a nivel mundial por su calidad extraordinaria. Dos productos de primera unidos para disfrutar a lo grande.

Mis amigos me dijeron que era una pasada. No os quedéis sin probarlo. Será un postre para recordar.

Dedicada a mis amigos Javier y Pele.


 

Ingredientes:

- Leche desnatada 200 ml.
- Nata para montar 200 ml.
- Pulpa de chirimoya 300 g.
- Gelatina neutra 6 hojas.
- Azúcar glas 2 cdas, soperas.
- Láminas de bizcocho con nueces o cualquier fruto seco.




Para la salsa de ron Montero:

- Azúcar blanquilla  80 mg.
- Agua 4 cdas. soperas.
- Ron Montero 6-7 cdas. soperas.
- Mantequilla sin sal 30 mg.
- Nata semi-montada 2 cdas. soperas

Elaboración:

Hidrata la gelatina en agua fría. Calienta la leche con el azúcar y después disuelve la gelatina escurrida de agua. Extrae la pulpa de la chirimoya, quita los huesos y tritura. Bate la nata hasta montarla (no añadas más azúcar).  Une la leche con la pulpa de la fruta, bate para que se integre bien. Por último añade la nata, suavemente para no bajar demasiado el preparado.

Cubre el fondo de un molde de cakes con papel de horno engrasado con mantequilla, por ambas caras y unta ligeramente las paredes con la misma.

Vierte la mezcla en el molde y cubre por encima con láminas de bizcocho cortadas con un centímetro de grosor aproximadamente.




Tapa con papel film y guarda en el congelador hasta el día siguiente.

Saca del congelador, desmolda (pasa un cuchillo de hoja ancha por los laterales del molde).


 


Elaboración de la salsa: Haz un caramelo dorado con el azúcar y el agua. Retira del fuego y con mucho cuidado, para evitar salpicaduras, añade la mantequilla blanda y el ron. Lleva al fuego y cuece al mínimo removiendo hasta que espese. Deja enfriar, mezcla después con la nata y disuélvela perfectamente. Lista para usar.





Derrama salsa prudentemente por encima. Sirve, después de unos diez minutos, cortando porciones y bañando con más salsa al gusto.


jueves, 24 de noviembre de 2016

ELEGÍA



Supe que no nos quedaba mucho tiempo. Él también lo sabía. Me mandaba señales que no quise entender y sin embargo me empeñaba en verlo feliz y ardiente día tras día, pidiendo alguno más al calendario.

Cuando todo estaba preparado, con la ilusión lógica que provoca una tarea bien hecha y avocando por un milagro que siempre me ofreció, me asaltaban las dudas ante la posibilidad de culminarla, de que se desvanecería mi deseo. Los minutos se hacían horas esperando, a pesar de mis anhelos, temiendo que se produjese el desencanto, un fracaso irremediable y en especial una sensación grande de tirar la toalla para no volverlo a intentar nunca más.

Dos últimas oportunidades que concluyeron desechadas, a pesar de que tuve que reclamar la ayuda de "sus hermanos".

Hubo que desistir, en contra de mis sentimientos, con todas las vivencias que hemos compartido ¡Cómo supimos calentarnos en el frío invierno...! ¡Si yo os contara cómo, juntos, ardíamos en el verano! así era, que tanta fogosidad se hacía dueña de nuestra estancia, sobrando cualquier prenda.

​Le di todo el tiempo del mundo hasta que éste también dejó de importar.​

Muchos años a mi lado aceptó lo que le entregaba sin quejas y me lo devolvía espléndido, radiante, con sus mejores galas. Le gustaba dejarme admirada.

Sentí que aquel calor que necesitaba en cada uno de nuestros encuentros se iba yendo paso a paso, aún de poner todo mi empeño en mantenerlo. 

Pero lo que supondría el final entre los dos llegó por la resistencia, que fue en varias ocasiones la mano negra que enturbió la relación, que se interponía una y otra vez, insistente, indolente, muy, muy fría. Todo estaba perdido.

Y se fue, como se van las palomas arrojadas por el hombre hacia lugares más lejanos, esas que ya nadie quiere, símbolos de la paz muertos, ahora ratas voladoras.

Me despedí de él sin querer mirarlo de frente, temiendo un impulso que me hiciera lanzar un grito de desesperación, con una necesidad imperiosa de amarrarlo para no decirle adiós definitivamente. ¡Sabio él que se marcha para llevarse mi sabiduría!

Se iría todo digno, pero derrotado. Lo que tenía claro es que no tardaría en sustituirlo por otro, eso era algo que siempre tuve en mente ¡qué frivolidad! Me había acostumbrado a amarlo y sabía que no iba a poder pasar mucho tiempo sin un nuevo compañero, que hasta incluso lo superase, al que me tendría que ir adaptando para aprender poco a poco a manejarlo ¡manipuladora!




Dedico esta entrada a todos los cocineros-as del mundo que no pueden vivir sin su horno. A mis queridos compañeros con especial cariño.

¡¡¡Esta es la historia de mi horno, no me penséis mal!!!

Explicándome:

Las dos últimas oportunidades se refieren a dos bizcochos que terminaron irremediablemente en la basura a causa del fallo de las resistencias.

El tiempo que le di se refiere a cuando el temporizador perdió su utilidad, me quedé con él en la mano.

"Los hermanos" son otros electrodomésticos de los que me ayudo en la cocina, los menores de mi apreciado horno.


Lo demás, creo, que está claro.


lunes, 21 de noviembre de 2016

LENTEJAS TRADICIONALES CON CHORIZO


  



Tenía que dejaros esta receta, pues aunque normalmente las cocino sin grasas, alguna vez caen con una "pizquilla" de algo, casi siempre con chorizo. Es un plato que todos deberíamos tener apuntado. Hay que consumir legumbres con frecuencia, son platos sanos, económicos y fáciles de hacer. Lo tradicional, siempre se dice, no tiene por qué estar reñido con la buena cocina.

Dejar sabor en estas lentejas depende mucho de la calidad del chorizo, os aconsejo que pongáis uno bueno, y si además pica un poco, mejor aún. Os quedarán unas lentejas de película, jajaja ¿Que no me creéis? Seguid mis pasos y lo comprobaréis por vosotros mismos.

Las lentejas que suelo utilizar son las de Lanzarote, son pequeñas y doradas, no necesitan ponerse en remojo y sólo las encuentro en Alcampo. De no disponer de ellas cualquiera de las que uséis valdrán, proceded con el remojo, o sin él, como tengáis costumbre.

Ingredientes:

- Lentejas de Lanzarote 400 g.
- Chorizo picantito 1 y ½ ó 2.
- Cebolla ½.
- Pimiento verde 1.
- Ajos 3 dientes.
- Tomate maduro 1.
- Zanahorias 2.
- Cominos molidos 1 cda.
- Cúrcuma 1 cda.
- Pimienta en grano.
-Laurel 2 hojas.
- Aceite de oliva 4 cdas.
- Agua 1’5 litros.
- Sal.

Elaboración:

Sofríe en el aceite el chorizo cortado en rodajas de mediano grosor. Añade las lentejas, las zanahorias peladas y cortadas en rodajas y el laurel. Cubre con el agua fría e incorpora todos los demás ingredientes, después de lavados (pelados y cortados, si es necesario).  De quedarse escasas de líquido, añade poquito a poco más agua, hay que evitar que se "encharquen" por exceso, siempre vigilando que no vayan a quedarse secas (en principio creo que bastará con las medidas que he dado, luego depende de la legumbre). Remueve el guiso de vez en cuando. Comprueba la sal, 




Después de media hora cociendo, siempre a fuego medio, retira la verdura y el laurel, salvo la zanahoria, y tritura los vegetales con la batidora en un poco de caldo de la cocción (si quieres más fina la cuelas). Incorpora el batido a las lentejas e integra bien, deja otros diez minutos que terminen de cocer. Reposa unos minutos antes de servirlas y mezcla bien con un cucharón antes de ponerlas en los platos.

¡Qué buenas están! ¿Valen por una progenitura?



viernes, 18 de noviembre de 2016

GALLETAS NEGRAS CON LACASITOS




Muy buena receta de galletas, pensada para los chocolateros a tope.


Además, son muy fáciles de hacer, con ellas podréis iniciaros en el mundo galletero, quedan muy llamativas especialmente para los niños.

Con la cantidad que os doy de ingredientes saldrán pocas galletas, si pensáis que os van a faltar doblad cantidades ¡o triplicad! caerán seguro.

Un día de estos festivos que se acercan, cuando los chiquillos estén aburridos proponedles que las hagan ellos mismos, será una tarde muy divertida.

Ingredientes:

- Harina repostería 90 g.
- Cacao Valor 60 g.
- Mantequilla 60 g.
- Azúcar 60 g.
- Huevos M 1.
- Esencia de vainilla (opcional) unas gotas.
- Lacasitos pequeños.

Elaboración:

En un bol mezcla el azúcar y la mantequilla fundida con una batidora de varillas, integra bien para que quede una pasta suave.

Bate el huevo aparte e incorpóralo con la vainilla. Une con la batidora de varillas.

Tamiza la harina y añade. Mezcla evitando los grumos.

Por último agrega el chocolate en polvo y procede como con la harina.



Amasa a mano sobre la encimera (no se debe pegar nada, en todo caso no añadas ni harina ni chocolate).

Extiende con un rodillo y da medio centímetro de grosor aprox. Corta redondeles. Agota la pasta sobrante volviendo a amasar y a extender. De quedar poca masa haz galletas más pequeñas hasta terminarla. Traslada las galletas con mimo a una bandeja cubierta con papel de horno.

Clava ligeramente los Lacasitos.



El horno debe haber estado precalentando a 180 ⁰C.

Las horneas 10-12 minutos.


Deja que enfríen.

Y por el momento dejo de hornear, he perdido a mi gran compañero, bienaventurado electrodoméstico, que ha pasado a mejor vida, por decir algo. Tendré que sustituirlo y ¡me cuesta! sobre todo al bolsillo, jjj. 




domingo, 13 de noviembre de 2016

ENSALADA DE MANGO CON MOUSSE DE QUESO AZUL




No os va a desagradar la combinación que os propongo, a mí me parece estupenda.  Ya nos hemos acostumbrado a tomar las ensaladas con fruta y disponiendo de ellas qué mejor que usarlas para este menester.

Como veis queda vistosa, muy seductora, fácil de hacer y de temporada. Os animo a probarla y luego me contáis qué os pareció.

Ingredientes:

- Mango 1.
- Lechuga 1.
- Granada.
- Pasas sin hueso (hidratadas  previamente).
- Nata  montar 150 ml.
- Queso Azul blando o Roquefort 30 gr.
- Aceite de oliva.
- Sal.

Elaboración:

Chafa con un tenedor el queso, integra con la nata fría y bate hasta montar. Reserva en frío.

Lava y seca la lechuga, coloca las hojas sueltas en una fuente ovalada. Pela el mango y córtalo en láminas no muy gruesas, colócalas dentro de las hojas de lechuga.


Aliña con un buen aceite de oliva y sala ligeramente. Pon en el centro la mousse y distribuye algunos granos de granada y las pasas (escurridas) por toda la ensalada. Sirve fría.



viernes, 11 de noviembre de 2016

SUSHI





El Sushi se ha convertido en un plato muy demandado, y no sé por qué razón más por las chicas jóvenes. Ellos se resisten un poco, pero como las mujeres tenemos esa "capacidad o habilidad" para convencer, pues acaban rindiéndose y probando lo que aparentemente no les "sulibella". Algunos acabarán aceptando que ciertos días hay que comer sushi  poniendo mejor o peor cara y el día que sin querer mojen en wasabi se sentirán durante un minuto como el abuelo de Jaimito cuando éste le quitó el oxígeno, jajaja.

Debe ser lo que está de moda.

A estas alturas todos sabéis que se trata de una comida japonesa. Os cuento algo más sobre él.

Descomponiendo la palabra, “su” significa arroz y “shi” vinagre de arroz. Si pedimos makis (rollos) nos pondrán arroz envuelto en alga nori, dentro y como relleno, unos bastoncitos de verdura y  pescado.

Si pedimos nigiri nos servirán una especie de croqueta de arroz cubierta con pescado. Estas variedades son las más comunes y las llaman makizushi y nigirizushi.

Si habéis oído hablar del sashimi se trata de un plato a base de pescado que no lleva arroz.

 
Aprendí a hacer sushi en casa hace tiempo gracias a mi hija, que como todas, o casi todas las chicas de su edad no perdonan comerlo con asiduidad. ¿Complicaciones? Ninguna. Lo más, cocer el arroz. Hay marcas que lo comercializan, es cuestión de seguir sus consejos para cocerlo y probar hasta dar con la tecla. Os vais a encontrar con un arroz especial blanco, dulce y de grano corto, con una textura cremosa y glutinosa, el apropiado para sushi. Lo que sí es verdad es que si se lava demasiado se quedará seco. Después de hervirlo se deja extendido a temperatura ambiente.

Haceros con una esterilla de bambú (o makisu) para enrollar (yo sólo presiono porque me es más cómodo) los makis. No os olvidéis de congelar el pescado al menos dos días por los anisakis, después, semi-congelado, será más fácil cortarlo en láminas o bastoncitos ¡y a probar!


Ingredientes:

- Salmón en taco.
- Atún en taco.
- Arroz especial Sushi.
- Vinagre de arroz.
- Mirín (opcional).
- Alga Nori.
- Bastones de pepino, calabacín, aguacate, zanahoria...
- Salsa de soja.
- Wasabi.
- Jengibre encurtido.

Elaboración:

Siguiendo las instrucciones del fabricante cuece el arroz. Extiéndelo y deja que enfríe (al ser pegajoso manipularemos con las manos humedecidas). Previamente sazona con el vinagre de arroz y mirín de manera prudente.

 




Corta el pescado y la verdura en bastones parejos.







Para hacer los makis: pon la esterilla en la encimera y sobre ésta el alga nori, cubre con una capa (poco gruesa) de arroz dejando el borde último sin tapar.

Coloca sobre el arroz una hilera de bastoncitos de pescado y verdura, a dos centímetros (más o menos) del lado más cercano. Con las manos mojadas giras el alga sobre sí misma, sin usar la makisu. Cuando llegues al final, pincelas ligeramente el filo con agua y entonces cubres el rollo con la esterilla y presionas con firmeza.



 


  

Corta los rollos a la mitad con un cuchillo afilado y mojado (siempre) y luego cada trozo en discos de aproximadamente dos centímetros de grosor.







Para hacer los nigiri: con las manos humedecidas forma con arroz una especie de croqueta, coloca encima una tira de pescado. Adorna, si te gusta, con huevas de trucha, salmón...


Sirve acompañados con wasabi, láminas de jengibre encurtidas, salsa de soja...


lunes, 7 de noviembre de 2016

SOPA FINA DE AJO





No tengo dudas de que ya os va apeteciendo un caldito caliente, y si además es tan sustancioso que reconforta, mejor que mejor. Será un buen plato para alguna noche de frío invierno, o tal vez si nos encontramos convalecientes de algún problemilla de salud, o simplemente porque con esta sopa arreglamos una cena de tantas. No dejéis de probarlo, aún de sus tintes claramente tradicionales, su sabor os va a conquistar.

Ingredientes:

- Pechuga de pollo ¼.
- Jamón serrano 150 g.
- Espárragos gruesos verdes 6-8.
- Ajos 6.
- Pan del día anterior, unas rebanadas.
- Huevos 2-3.
- Aceite de oliva.
- Sal (si se necesita).

Elaboración:

Prepara un caldo con pechuga de pollo y un poco de jamón (unas lonchas). Cuela.

Retira el jamón y pícalo menudo. Guarda el pollo para otra preparación o inclúyelo según la consistencia que quieras.

Sofríe durante diez, quince minutos espárragos gruesos cortados (escurre de aceite).

Fríe ajos en un poco de aceite y tritúralos con un poco de caldo. Viértelos en la cacerola.



 





Añade el jamón picado y los espárragos.







 




Fríe rebanadas de pan y escurre sobre papel de cocina.







 




Cinco minutos antes de retirar la sopa añade el pan y los huevos removiéndolos con un tenedor, para formar hebras, hasta que cuajen.






Sirve caliente ¡y cuídate que quema!


Para una amiga soperilla que tengo por ahí.


Se me olvidaba, le dije a Belén Delgado Pulgar, El Toque deBelén, que probé a hacer los merengues veganos. Aquí veis el resultado. Me permití añadirles un polvito de fresa.






jueves, 3 de noviembre de 2016

CARRILLERAS DE CERDO AL VINO TINTO


 

¡Y ya tocaba! Después de un tiempo sin noticias cárnicas llegó su momento.

Este tipo de carnes se han puesto de moda de unos años para acá. Hoy día se intentan recuperar en cocina productos que dejaron de valorarse en su justa medida y que en tiempos pasados formaron parte más común de la dieta española.

Lo que espero es que no sigan subiendo sus precios pues a este paso volverán a caer en el cajón del olvido. 

Las carrilleras o carrilladas pertenecen a la casquería y son partes carnosas que se encuentran a los lados del hocico (nariz) del animal.

Algunas veces las preparo así, muy fácil de hacer y sin ingredientes complicados y os aseguro que quedan deliciosas. ¿Alguien se anima a probarlas?

 
Ingredientes:

- Carrilleras de cerdo 5-6.
- Zanahorias 1 grande.
- Apio una rama.
- Puerro 1 grande.
- Perejil unas ramas.
- Rioja o Ribera de Duero (al gusto) 1 copa generosa.
- Caldo de carne 1 cubito.
- Aceite de oliva 3 cdas.
- Mantequilla 1 cda.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal.


Elaboración:

Limpia las carrilleras de grasa, lava y seca con papel de cocina. Salpimenta y sella en aceite y mantequilla las carrilleras por las dos caras. Retira.

Rehoga en el mismo sitio el puerro, la zanahoria, la rama de apio y perejil (lavados y troceados).

Vuelve a incorporar la carne y cubre con el vino. Añade la pastilla de concentrado de carne y un vaso de agua.




Cuece a fuego lento durante una hora aproximadamente, si aún se no hubieran ablandado (compruébalo pinchado con un cuchillo de punta fina, y si entra fácilmente estarán en su punto) dejas cocer un rato más. De consumirse todo el caldo añade otro poquito de agua. Mi consejo es que para obtener el punto deseado de espesor de la salsa, si queda demasiado clara, tuestes una cucharada rasa de harina de trigo en una sartén, sin nada de grasa y a fuego medio, moviendo sin parar para que se dore al parejo y no se queme. Luego la iremos disolviendo, evitando grumos, con caldo de la cocción, diluyéndola toda y volcando en la cacerola donde mezclaremos muy bien.

Tritura las verduras  y si quieres que la salsa quede fina cuélala. Deja hervir cinco minutos. Sirve con un poco de perejil fresco.



Para el postre Mousse de chocolate al horno de Isabel Rescalvo, de Cakes para ti. Si me descuido me quedo sin ella, aquí tenéis el trocito que salvé para la foto. En vez de prepararla en vasitos, la horneé sobre una base de hojaldre.