¡Hola, Bienvenidos!

¡Hola amigos!


Os abro encantada las páginas de este blog. ¡Bienvenidos!

La cocina para mí es entretenimiento, un motivo para relajarme, expresarme, experimentar y hacer disfrutar a quienes prueban mi comida; incondicionales mi familia y amigos (siempre muy agradecidos), tengo motivos para poner pasión en cada uno de los platos que hago, ojalá logre transmitírosla.


Lo dedico a mi madre.

miércoles, 12 de febrero de 2014

POTAJE DE ALUBIAS ROJAS CON COSTILLA IBÉRICA ADOBADA



El sabor de estas alubias dependerá del tipo de adobo que lleven las costillas, que generalmente se aliñan con orégano, ajo, sal, pimentón y pimienta molida. Buscad un buen aliño y haceros un potajito con estas agradecidas alubias rojas. Si las dejáis de un día para otro estarán aún mejor, suele ocurrir con este tipo de guisos.



Ingredientes:



- Alubias rojas 500 g.
- Costilla ibérica adobada 350 g.
- Tomate 1.
- Pimiento verde 1.
- Cebolla 1.
- Zanahoria 1.
- Patatas 2.
- Aceite de oliva 3 cdas.
- Sal.






Elaboración:


Pondremos la noche anterior las alubias en remojo.




 


Al día siguiente las cocemos en agua que las cubra, con la costilla cortada en trozos.

Las haremos a fuego lento aproximadamente una hora y tres cuartos. Paramos el hervor tres veces, con un poco de agua fría cada vez. Desespumamos, hasta dejar el caldo limpio de impurezas.



 



Añadimos el aceite, el pimiento verde cortado pequeño y el tomate lo mismo (sin la piel), la cebolla cortada por la mitad.





 





Tras una hora, incorporamos la zanahoria en rodajas no muy finas, en este tiempo iremos añadiendo agua fría con cuidado de no aguar, siempre discretamente.


 




  
Sacamos la cebolla y la trituramos, diluyendo con caldo de la cocción e incorporándola al guiso.




 


  

Pelamos las patatas y las cortamos en trozos similares y cuando falten diez o doce minutos para acabar el potaje las echamos, moviendo la cacerola de manera circular, para no romper las alubias.







Apagamos el fuego y dejamos diez minutos reposando antes de servirlas.





sábado, 8 de febrero de 2014

LOMO EN SALSA DE LECHE


A mi madre le debo esta receta deliciosa, la salsa que lleva es sabrosísima y cuando la hayáis probado me daréis la razón. Supongo que viene de lejos, es decir, que ya la hacía mi abuela. La historia de su trayectoria no la sé. Si os queda por vuestro frigo un trozo de lomo tierno de cerdo o de carne de jamón, incluso cabezada, aventuraos y la probáis, mejor si acompañáis con patatas fritas.



Ingredientes:





- Lomo de cerdo ½ k.
- Leche entera 250 ml.
- Zumo de ½ limón.
- Ajos 2 dientes.
- Perejil un manojo.
- Pimienta negra molida.
- Aceite de oliva 3 cdas.




Elaboración:


Cortamos el lomo en dados regulares. Lo freímos en el aceite y salamos ligeramente.

 




Majamos los ajos con el perejil, unos granos de pimienta y un poco de sal (para que no resbalen).
 












Echamos el majado sobre la carne y lo mezclamos.





 





A continuación cubrimos con la leche y unimos bien.






 



  
Exprimimos el limón y se lo añadimos integrando deprisa, bajamos el fuego al medio y movemos hasta que espese (de forma continuada para que no se corte la salsa). Ponemos a punto de sal.






Retiramos y servimos caliente.

Mi madre le ponía colorante alimentario, pero yo no le he puesto, lo dejo a vuestro gusto.

 

jueves, 6 de febrero de 2014

RAVIOLI DE ESPINACAS EN SALSA DE PIQUILLOS


Quizás no debería llamarlos así, pues no se ajustan a lo que siempre hemos entendido por una pasta rellena generalmente de requesón que elaboran, muy delicadamente, nuestros vecinos italianos.

Se piensa que el origen estuvo en la China y que de allí se llevaron la receta los italianos modificando sus ingredientes, de manera lógica, acabó siendo en Argentina muy bien tratada y apreciada, hasta el punto de ser considerada uno más de sus platos nacionales.

Quiero justificar el nombre de mi receta, que aprendí hace ya bastantes años, no ya aludiendo a la pasta (que es inexistente) más bien a su forma de prepararla y como a mí me la enseñaron con ese nombre, pues con ese se ha quedado.




Ingredientes para los ravioli:


- Espinacas 300 g. (he usado la bolsa que viene ya preparada de los súper).
- Queso rallado  fresco (mejor si tenéis requesón) 180 g.
- Huevo 1.
- Pimienta negra molida.
- Nuez moscada rallada.
- Harina.
- Sal.

Ingredientes para la salsa:


- Pimientos del piquillo de Lodosa 120 g.
- Nata para cocinar 180 ml.
- Orégano, albahaca o eneldo.
- Queso semicurado rallado (mejor parmesano).



Elaboración:

 


Cocemos las espinacas en el microondas en dos veces, cada una tres minutos. Después de cocidas les añadimos el queso rallado (que se fundirá con el calor de las espinacas), la pimienta, la nuez moscada y un poco de sal.




 





Mezclamos el huevo sin batir y lo integramos totalmente.







Preparamos una cacerola con abundante agua, como si fuéramos a cocer pasta, y salamos.

 



Hacemos bolitas con la masa de espinacas y las pasamos por harina, que queden bien impregnadas.



 







Preparamos la salsa batiendo los pimientos (escurridos del agua de conserva) y la nata, ponemos un poco de sal.




 



Cuando el agua hierva a borbotones echamos los ravioli de uno en uno, no demasiados a la vez, y cuando suban a la superficie los retiramos con la espumadera a un plato.

 













Servimos con la salsa caliente, colocando los ravioli encima, y poniendo el queso rallado y la especia elegida. Si se ha enfriado, podremos calentarlos al horno o al microondas unos minutos.


martes, 4 de febrero de 2014

PRIMER CUMPLE DEL BLOG - Sorteo [CERRADO]




Casi se me pasa por alto y no me lo iba a perdonar. ¡Hoy cumplo un año! Un año muy especial, que inauguré con mi sobrehusa de manitas, acompañada por vosotr@s que me habéis hecho un huequito, tan amablemente, para poder contaros pormenores de mi cocina sencilla, casi siempre económica y pretendiendo que sea también sana. Me parece mentira que haya pasado este tiempo, si os digo la verdad se me ha pasado volando.

Me llevo de esta experiencia a unos amig@s estupendos, con los que estoy pasando muy buenos momentos, a veces no tan buenos, porque surgen "problemillas de salud" (mi deseo es que se os solucionen) y nos afectan de alguna manera a todos. Me llevo vuestras fabulosas recetas, pues hasta las más simples necesitan cariño para hacerlas, ese es el mejor de los ingredientes y con este ingrediente me gustaría seguir con vosotro@s "hasta que el cuerpo aguante" está claro que hablo en broma, que me iré antes de eso y no sé cuando es ese día. He visto cómo mi contador de visitas ha pasado las cien mil y no me lo puedo creer. Espero no defraudaros y que pronto vea aumentado su número, señal de que estáis a gusto conmigo.
Siempre intento responder a vuestros comentarios, pero hay días que no tengo tiempo para hacerlo y luego, si busco un ratito, vuelvo y  los contesto. Perdonad si se me quedó alguno pendiente. He querido visitaros a tod@s, porque tenéis derecho a ello, pero a algunos no he podido llegar porque sus avatares no me dejan y al no disponer de sus comentarios no he sabido cómo hacerlo.

Quiero agradecer vuestro apoyo por lo que he decidido hacer de nuevo un sorteo, el momento lo merece, y regalaros un pack de tres botellas de aceite de gran categoría. Con él cocino mis platos.






 





La primera botella, Molino de la Calzada contiene una selección de aceite de oliva virgen extra de las variedades picual (marteño), lucio y arbequina, que proporcionan un zumo de oliva frutado,  muy equilibrado, suave y muy estable. Se moltura inmediatamente que llega a la almazara lo que hace de él un aceite fresco. Se recomienda su uso en crudo para aderezar ensaladas, sobre un buen pan o añadido posteriormente a pescados y carnes cocinados a la plancha, al vapor o al horno.


 







La segunda es aceite de oliva extra, Castillo de Íllora - Primeros Días de Cosecha, pero en esta ocasión de las variedades picual y lucio, propias de la región del Poniente Granadino. Se recomienda su uso en crudo, pero también es excepcional para freír o guisar cualquier tipo de alimentos.




 







La tercera es de aceite de oliva virgen extra de arbequina Castillo de Íllora - Primeros Días de Cosecha. Es un aceite frutado y fragante. La variedad de arbequina es muy apreciada por su gran aroma, lo que hace deliciosos los platos en los que lo pongamos. Debe usarse también en crudo para que se conserven sus extraordinarias carasterísticas.











Los aceites de primeros días de cosecha se elaboran con aceitunas recogidas entre mediados de octubre y mediados de noviembre. Al ser fechas tan tempranas se consigue un aceite fresco y muy aromático, con la más alta calidad, necesitándose entre 7 y 9 kilos de aceitunas para conseguir un litro de aceite.

 

Si queréis más información sobre estos aceites podéis entrar en: www.roldanoliva.com.





Ayudadme a que todos sepan que estoy de sorteo para que tengan igualdad de oportunidades y si queréis os lleváis el logo del sorteo a vuestra página.

Como en este caso el distribuidor del aceite es quien se encargará de haceros llegar el premio no podré hacerme cargo del envío, por lo que no se mandaría fuera del territorio nacional, pero se me ocurrió que tal vez los que estáis fuera tenéis algún sitio en España donde poder mandarlo y así podríais participar.

El sistema para entrar en el sorteo será el mismo que en las otras dos ocasiones (son necesarios los tres requisitos):

                - Ser seguidor del blog.
                - Ser seguidor del Facebook.
                - Hacer un comentario en la página, indicando que queréis participar y dejando la dirección de email a la queráis que os avise de resultar premiados.

Os espero a todos ¡que no me falte nadie! tenéis un mes para apuntaros, el día 3 a las doce de la noche quedará cerrado el sorteo. Muchas gracias.

¿Qué haríamos sin el aceite de oliva? Aquí os dejo una muestra de algunos de mis platos que sin aceite de oliva virgen extra serían “otra cosa”.



Remojón granadino. Bacalao al pilpil. Salmorejo cordobés.
Tortilla de patatas española. San Jacobos. Roscos de sartén.

domingo, 2 de febrero de 2014

MAGDALENAS CON CORAZÓN



Hay cientos de recetas de magdalenas. Desde que yo me aficioné a las labores culinarias habré hecho montones de ellas, empezando por las más básicas y luego poco a poco retándome en otras con más dificultades. Estas que os traigo son sencillas, no tienen complicaciones... tienen corazón de guinda.



Ingredientes:




- Huevos 3.
- Azúcar blanquilla 150 g.
- Harina de repostería 150 g.
- Levadura química 1 cdta.
- Mantequilla fundida 75 g.
- Aceite de oliva 75 ml.
- Esencia de vainilla 3 gotas.
- Maizena para emborrizar las guindas.
- Guindas rojas.




Elaboración:


Batimos los huevos con el azúcar hasta que la masa quede blanquecina y aumente su volumen. Añadimos la mantequilla, el aceite y la vainilla y los incorporamos batiendo. Cernimos la harina con la levadura y la agregamos, batiéndola igualmente.


 




Tapamos el recipiente con film y lo metemos en el frigorífico dos o tres horas.







Precalentamos el horno a 200 ºC.

 


Colocamos papel rizado dentro de moldes de silicona para magdalenas. Sacamos la pasta del frigorífico y repartimos con una cuchara  hasta 2/3 de capacidad de cada una.

Cortamos las guindas por la mitad y las pasamos por maizena. Ponemos media guinda en el centro, debe quedar suspendida, sin que llegue a introducirse, señal de que la masa está en su punto.





La bandeja del horno la pondremos en la balda inferior a la de en medio.

Introducimos las magdalenas y las horneamos doce-quince minutos. Sacamos del horno y de los moldes de silicona. Dejamos que se enfríen. La guinda se habrá introducido pero permanecerá más o menos centrada, con corazón.




viernes, 31 de enero de 2014

GAMBAS CON GABARDINA



¿Qué es una gabardina? pues una prenda que nos ponemos encima de la ropa los días de lluvia y que por descontado es fina, no se trata de un abrigo de pelo del Pirineo, ni de un enguatado... Esto os lo explico antes que nada, porque estamos acostumbrados a tomar "gabardinas" en las cuales no encontramos las gambas, todo es un buñuelo. Eso pasa también con los calamares a la romana (no fritos), algunas veces nos han puesto unos calamares que parecían una goma elástica rodeada de masa, que al morderlos como no tengamos cuidado nos pega un latigazo en la boca y nos llevamos un susto, como si el calamar nos diera una bofetada por morderlo, jejeje. Yo no digo que estén malos, ¡qué va! también tienen su punto y más aún si les han sabido dar el toque de sabor adecuado.

Hoy os traigo unas gambas blancas "pequeñas", fallo mío, que yo me incluyo en el sector fallos, pero buenísimas y que se van a vestir con la gabardina finita, como Dios manda, bueno, otro día os traigo la manera más "buñueril" para los que las prefieren así.

Un saludo cariñoso para nuestra Andalucía Occidental, que allí las bordan.


Ingredientes:


Dependiendo de la cantidad de gambas que queráis hacer ajustad las cantidades del preparado. Yo he hecho muy poquitas, y para ellas he necesitado:

- Gambas 300 g.
- Harina normal 2 cdas. soperas.
- Levadura química 1 cdta. colmada.
- Azafrán unas hebras.
- Colorante alimentario 1 cdta.
- Sal ½ cdta.
- Agua templada 1 vasito pequeño.
- Aceite de oliva abundante (freír en sartén pequeña y honda para ahorrar aceite).



Elaboración:


 



En un bol ponemos la harina, la levadura, la sal y el azafrán (más para dar sabor). Mezclamos bien.






 




Añadimos el colorante y el agua poco a poco y batimos con energía. Unimos bien y dejamos reposar en el frigorífico un par de horas.





 





Mientras, pelamos las gambas dejándoles la cáscara del último tramo junto a la cola (cola incluida).




 





Pasado el tiempo de reposo de la masa,
vamos cogiéndolas de la cola de una en una y sumergiéndolas en la masa.







Con el aceite caliente las iremos friendo de pocas en pocas y como enseguida hay que sacarlas no os he podido dejar fotos de la fritura, creo que no es necesario. Dejad que escurran, si tuvieran exceso de aceite, sobre papel absorbente de cocina y llevadlas corriendo a la mesa.



miércoles, 29 de enero de 2014

ALBÓNDIGAS DE BACALAO EN SOPA



De nuevo una receta de mi madre y de mi abuela Elisa.

Me he vuelto loca rebuscando entre mis papeles la receta que hoy os traigo, más que nada para comprobar que no faltaba ni sobraba ningún ingrediente, pues el proceso de elaboración me lo sé al dedillo.

Como no he encontrado la receta por ningún sitio y no teniendo con quién consultarla, me aventuro a pasárosla tal como yo la recuerdo y la he hecho siempre. No le pongo pegas, pues está muy, pero que muy buena y como no tengo otra opción seguiré haciéndola de esta manera.





Ingredientes para las albóndigas:


- Bacalao desalado 80 g. (limpio de pieles y espinas).
- Pan del día anterior 200 g.
- Huevo 1 tamaño L.
- Ajos 2 dientes.
- Perejil un manojo.
- Harina.
- Aceite de oliva.




Ingredientes para la sopa:


- Cebolla ½.
- Ajos 3 dientes.
- Laurel 1 hoja.
- Pimienta en grano.
- Perejil un manojito.
- Las pieles y espinas del bacalao.
- Colorante alimentario amarillo.
- Huevo 1 tamaño L.
- Zumo de 1 limón (pequeño).
- Sal (si es necesaria).

Elaboración:





Comenzamos poniendo una cacerola al fuego con agua, aproximadamente dos litros, en ella echamos a cocer la cebolla, los ajos, el laurel, la pimienta y el perejil.

Desmenuzamos el bacalao. Las pieles y espinas, las ponemos a cocer en la cacerola con los demás ingredientes.







Para la masa de albóndigas: Batimos un huevo y añadimos los ajos y el perejil picaditos.









Incorporamos el bacalao desmenuzado y el pan remojado y estrujado, sin añadir sal, mezclamos bien.










Damos forma a las albóndigas y las pasamos por harina.












Las freímos en el aceite.










Colamos el caldo después de que la cebolla y el ajo se hayan reblandecido.

Echamos las albóndigas en el caldo y dejamos cocer veinte minutos a fuego medio. Probamos de sal.










Separamos la yema de la clara del huevo. La clara la echamos al caldo de las albóndigas esparciéndola con un tenedor para que forme hebras. Apagamos el fuego.






En la yema batida, incorporamos poco a poco el zumo de limón, mezclando. Iremos diluyendo poco a poco con caldo de las albóndigas, no muy caliente para que no se nos corte la yema, uniendo al final en la cacerola. Ya no se debe calentar pues corre riesgo de cortarse.



Servimos enseguida y disfrutamos de una maravillosa sopa y como dicen por mi tierra "por una copla".