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Os abro encantada las páginas de este blog. ¡Bienvenidos!

La cocina para mí es entretenimiento, un motivo para relajarme, expresarme, experimentar y hacer disfrutar a quienes prueban mi comida; incondicionales mi familia y amigos (siempre muy agradecidos), tengo motivos para poner pasión en cada uno de los platos que hago, ojalá logre transmitírosla.


Lo dedico a mi madre.

martes, 29 de octubre de 2013

YEMAS DE COCO


 
¡El coco! ¡El coco! ¡Ha llegado el coco de Oriente! se oyó una voz cascada y atronadora, acto seguido los chiquillos agarraron sus canicas liándose en tropel, algunos hasta se cayeron y se hirieron las rodillas y los codos, pero lo urgente era huir de allí "a toda pastilla".

La placeta se quedó vacía, hasta los pajaritos que por allí revoloteaban desaparecieron en el verde de los árboles.

De pronto, por la calle más empinada apareció un hombre viejo y desaliñado con una cesta de mimbre que venía voceando su mercancía. Algunos vecinos descorrieron sus cortinas a hurtadillas para ver a aquel hombre y si es que algo vendía. Una mujer se atrevió a preguntar interrumpiendo el pregón del vendedor:

-¡Buen hombre! ¿qué es lo que vende?

El hombre se giró hacia ella y encogió los hombros contestándole:

- ¿No lo oye? pues coco, coco de Oriente.

- ¡Ah! - dijo la mujer- y se fue a curarle las heridas a su hijo.

¡A saber qué coco de Oriente vendía aquel hombre! Me sentiría feliz si os provocara una sonrisa ¡están tan caras!

Fuera de historias, que no quiero cansaros,  hoy os traigo unas yemas de coco que hace algunos años aprendí a hacer y que el único secreto que tienen es fabricarles un buen almíbar a punto de hebra, por lo demás es “pan comido". Paradoja de este minicuento que he inventado para vosotros es que el coco que voy a utilizar viene de Indonesia.



 

Ingredientes:


- Coco rallado (más rico el natural rallado por nosotros) 125 g.
- Cáscara de limón.
- Azúcar 300 gr.
- Agua 100 ml.







Elaboración:


Es mucho más cómodo comprar el coco rallado, pero sin duda el fresco sabe mejor, aporta humedad y no es dulce. Yo he utilizado el de sobre, pues tenía en la despensa para gastar y no he querido que se me eche a perder. Lo dejamos hidratar en un bol con agua hasta utilizarlo.

 




Ponemos el agua en un cazo con la cáscara de limón y 200 g de azúcar disolviéndola bien y lo llevamos al fuego. Dejamos que hierva controlando la temperatura para que no se nos derrame.




 

 

Fabricamos un hisopo con el mango de una cuchara larga y un trozo de tela limpio mojado en agua, para ir retirando el líquido que va pegándose a las paredes del cazo, pues si seca se cristaliza y entonces se nos estropea el almíbar. Al no tener un pesajarabes, hay que estar más pendientes de la cocción.



 
 


Dejamos que hierva despacio y con la cuchara de madera, con el dedo índice y pulgar (mojados para no quemarnos) retiramos un poco y lo ponemos entremedias de los dos separándolos enseguida para comprobar el grado de cocción. Estará en su punto cuando salga entre ellos un hilo firme. Retiramos del fuego.



 




A continuación agregamos el coco, bien escurrido y mezclamos, volviendo a poner el cazo en el fuego un par de minutos.





 





Dejamos templar volcando sobre la encimera.







 



Tomamos porciones parejas, que redondeamos, y rebozamos con los otros 100 g de azúcar.








Las colocamos en capsulitas de papel y esperamos a que se enfríen.

  

17 comentarios:

  1. Madre mía ¡¡¡¡ que propuesta más tentadora nos traes.Gracias por compartir.Saludos

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  2. Mmmm..qué buenas! Éstas las comemos mucho en Navidad :P

    Bss
    Con Especias

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  3. Que receta más deliciosa y tentadora y realmente sin ninguna dificultad, genial Alicia, besos , la dulce Ali

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. todo muy natural, me gusta un montón estas bolitas, y es que tienen un valor sentimental para mi, resulta q cuando era pequeña las hacia en casa a medias con mi madre, y a mi padre le entusiasmaban, y luego de mayor siempre las recordó, y las queria comer. que recuerdos.... pues las haremos un dia que vaya a ver a mi madre.
    Me ha gustado mucho verlas, te han quedado muy buenas! un besito grande y gracias x compartirlo
    Silvia

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    1. Espero que tus recuerdos sean dulces y que las vuelvas a hacer con tu madre. Estoy encantada de compartirlas contigo y con todo el mundo. Besos.

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  6. Deben estar divinas de la muerte, si estuvieras más cerca me pasaba a degustarlas por tu casa. Saludines

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  7. Si los viera mi hijo mediano pronto te dejaba la bandeja vacía, están tan ricos...
    Besos.

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    1. No me extraña pues a quien le gusta el coco le gusta mucho. Besos.

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  8. Que ricas tienen que estar, y con el cuento incluido, me ha encantado todo. Mil besicos amiga preciosa

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    1. Te lo agradezco María, como tu paso frecuente por mi humilde blog. Besos.

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  9. Con lo que me gusta a mí el coco !! Me encanta esta receta.

    Besos.

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