Al fin de nuevo con vosotros tras un tiempo, más de un mes,
desde mi última publicación.
Han sido unos días movidos en los que han pasado las horas
deprisa y sin sentirlas. He tenido un viaje de por medio y una pérdida sentida
y dolorosa. No me he recuperado, es reciente, ni creo que lo haga en un largo
periodo. La desgana me ha alcanzado desde que supuse lo que irremediablemente
iba a ocurrir, no encontrando motivaciones para volver antes y dejaros una
receta de esas que tengo acumuladas en borradores y que tanto me obsesiona
dejar limpios. Es como si quisiera cerrar una etapa y abrir otra nueva. Tengo
dudas sobre si seguiré publicando, así es que si en un tiempo largo no me veis
por aquí es que he decidido dejarlo definitivamente. Siento que os debo la
explicación.
Aprovecho para agradeceros vuestra paciencia, vuestros
comentarios, y a todos los que os habéis preocupado de una manera o de otra por
mí durante esta no muy larga ausencia. Gracias a mis seguidores del blog, de
Fb, de Instagram, de G+ y a todos los demás, que sin seguirme, les gusta pasar
por aquí buscando alguna idea.
Cambiando de tema, y centrándome en lo que de verdad os
interesa de esta página, hoy os dejaré una receta rica, fácil y muy de
actualidad, pues ya tendréis comprobado que se imponen las tendencias japonesas
en nuestra alimentación, haciéndose un hueco grande y ganando cada día más
adeptos.
He elegido esta receta porque es muy básica, casi no es
receta. Es importante encontrar el punto de la salsa y la textura adecuada del
salteado, con eso tendréis éxito seguro.
Ingredientes:

- Pechugas de pollo
sin piel y deshuesadas 500 g.
- Setas (vuestras
preferidas) 150 g.
- Calabacines 150 g.
- Espárragos verdes
(solo las puntas) 8-10.
- Arroz grano largo
200 g.
- Salsa de soja
oscura 50 ml.
- Mirin o Jerez seco
50 ml.
- Azúcar blanquilla 1
cda sopera.
- Ralladura de
naranja.
- Zumo de naranja 50
ml.
- Sésamo tostado.
- Aceite vegetal (maíz,
girasol…).
- Sal (si se
necesita).
Elaboración:
Lava y trocea en tiras parejas el pollo. Mezcla en un bol
amplio la soja, el mirin, el zumo de naranja, la ralladura y el azúcar. Bate
con un tenedor, hasta que se integre el azúcar.
Macera el pollo en la salsa obtenida durante una hora (cubre
con film e introduce en el frigorífico). Remueve una vez.
Cuela el jugo de la maceración y ponlo a reducir dos minutos
en una sartén a fuego bajo. Deja que el pollo escurra sobre un colador.
Mientras, cuece el arroz siguiendo las instrucciones del
fabricante. Prepara las verduras cortando en tiras de mediano grosor las setas
y en láminas los calabacines.
Unta ligeramente una sartén tipo wok (fondo grueso) con
aceite y saltea tres minutos aprox. a fuego fuerte las verduras, incluidas las
puntas de espárragos. Añade durante el salteado un poco más de aceite y una
pizca de sal.
Retira las verduras (vuelve a untar la sartén con aceite) e
inmediatamente pon el pollo a dorar manteniendo el fuego alto.
Sirve el pollo volcando encima la salsa caliente y esparce
semillas de sésamo. Acompaña con las verduras y el arroz.
De haber quedado la salsa clara, diluye una cdta, de Maizena
en una de soja oscura (fría) e incorpora a la salsa caliente hasta que se
integre y espese.