Se aproximan las fechas de Semana Santa y ya estamos
pensando en sacar nuestras mejores "galas culinarias" para este
tiempo.
Hice memoria y comprobé en mi recetario que aún no había
subido las croquetas de bacalao.
No tengo mucho que contar sobre croquetas, porque ya está
todo dicho: ¿que son un manjar? no cabe duda. Por eso decidí abrir un espacio
para ellas.
A efectos de parecer pesada os recuerdo lo que tenéis que
tener en cuenta. Poniendo los cinco sentidos en la bechamel para que quede fina
y sabrosa, pocas cosas pueden igualarlas.
También es importante el rebozado, insisto en que uséis
primero harina, luego huevo y por último pan rallado, así os aseguráis de que
estarán bien protegidas. No escatiméis el aceite a la hora de freír, deben
quedar perfectamente cubiertas (para no gastar demasiado lo mejor es freírlas
en una cacerolita con fondo). La temperatura debe mantenerse constante durante
la fritura, si ponéis muchas croquetas de una vez bajará y las croquetas harán
como una esponja absorbiendo la grasa y empapándose de aceite. Si ponéis pocas
correréis el riesgo de quemarlas y dejarlas frías por dentro. Probad de entrada
friendo cuatro, y si no se rompen, añadid la siguiente vez cinco, no
amontonéis, es mejor tardar en hacerlas que servir un estropicio.
Para rizar el rizo os cuento que si el pan rallado se moja
ya no saldrán crujientes, por lo que recomiendo no meterlas en el frigo, ni en
el congelador. Pierden mucho. Lo mejor es freírlas sobre la marcha ¿Rebozarlas nuevamente? no
lo aconsejo, su capa exterior se hará gruesa y sabrán mucho a pan.
No os acobardéis con estos consejos, no se trata de
dificultades sino de paciencia ¡Hacedlas! Seguid mi experiencia. Merece la pena
disfrutar de un bocado gourmet.
Ingredientes:
- Bacalao desmigado,
sin pieles ni espinas 280 g.
- Harina de
repostería 120 g.
- Leche semidesnatada
800 ml.
- Ajos 2.
- Puerro 1.
- Perejil un manojo.
- Pimienta negra
recién molida.
- Aceite de oliva 7
cdas.
- Mantequilla un
trocito (optativo).
- Sal si se necesita.
- Aceite de oliva
para freír 1 litro aprox.
Para rebozar:
- Harina.
- Huevos 2, grandes.
- Pan rallado.
Elaboración:
Elige un trozo de bacalao de mediano de grosor y ponlo en el
congelador al menos dos días, para evitar el anisakis (me he acostumbrado a hacer ésto). Lávalo debajo del grifo
y quita el exceso de sal.
Cubre con agua fría y lo metes en el frigo. Cambia de
continuo el agua, enjuagando el recipiente cada vez. Mantén alrededor de 30
horas, con cambio de agua de al menos 10 veces (cambio el agua cada vez que
abro el frigo, no cuesta mucho). Vuelve a pasarlo por el grifo y lo secas bien
con papel de cocina.
Desmenuza retirando meticulosamente las raspas y pieles
(aunque me ayudo de una tijera de cocina, es mejor hacerlo a mano pues se
aprecian mejor las raspas). Reserva.
Pica y dora ligeramente los ajos y antes de que se pasen
añade el puerro muy picado. A medio rehogar incorpora el bacalao y dale unas
vueltas mezclando los sabores. Pon la pimienta molida y el perejil picado.
A fuego medio añade la harina y la leche fría moviendo desde
este momento sin parar, procurando disolver los grumos con la rasera (conviene
no descuidar la cocción para que no se agarre y se pueda quemar). Cuece veinte
minutos la masa, más que suficientes
para que no le quede sabor a crudo. Después de este tiempo se separará de las
paredes y el fondo de la sartén. Agrega el poquito de mantequilla, si quieres,
a mí me gusta ponerla porque las hace más suaves.
Retira la masa a una bandeja y deja que enfríe.
En dos, tres horas, y antes de que la masa se haya
encallado, forma las croquetas que se prestarán mejor a su moldeado. Pásalas
por harina, huevo batido y pan rallado.
Fríelas en aceite caliente pero no arrebatado, de pocas en
pocas. Ponlas sobre papel de cocina y sirve enseguida.
Hoy las acompañé con estas setitas japonesas que se han
puesto de moda últimamente: Buna Shimeji al pilpil.