Sí, ya lo sé, que sin huevos no, jajaja. ¿Dónde se ha visto
un biscuit glacé sin ellos? ¡pues en
este blog! Sabéis que no suelo ser muy
dogmática con mis recetas y hoy ha tocado prescindir de lo más básico, puede ser que de paso este delicioso postre les
sirva a aquellas personas que tienen algún problema al tomarlos.
En él se combinan dos ingredientes, ambos de la ciudad de
Motril: la chirimoya y el ron Montero.
Qué decir de la fruta, que desde hace años se cultiva en una
tierra óptima y con el clima apropiado para ello. Merece especial mención el
ron que se fabrica aquí, reconocido a nivel mundial por su calidad
extraordinaria. Dos productos de primera unidos para disfrutar a lo grande.
Mis amigos me dijeron que era una pasada. No os quedéis sin
probarlo. Será un postre para recordar.
Dedicada a mis amigos Javier y Pele.
Ingredientes:
- Leche desnatada 200
ml.
- Nata para montar
200 ml.
- Pulpa de chirimoya
300 g.
- Gelatina neutra 6
hojas.
- Azúcar glas 2 cdas,
soperas.
- Láminas de bizcocho
con nueces o cualquier fruto seco.
Para la salsa de ron
Montero:
- Azúcar
blanquilla 80 mg.
- Agua 4 cdas.
soperas.
- Ron Montero 6-7
cdas. soperas.
- Mantequilla sin sal
30 mg.
- Nata semi-montada 2
cdas. soperas
Elaboración:
Hidrata la gelatina en agua fría. Calienta la leche con el
azúcar y después disuelve la gelatina escurrida de agua. Extrae la pulpa de la
chirimoya, quita los huesos y tritura. Bate la nata hasta montarla (no añadas
más azúcar). Une la leche con la pulpa
de la fruta, bate para que se integre bien. Por último añade la nata,
suavemente para no bajar demasiado el preparado.
Cubre el fondo de un molde de cakes con papel de horno
engrasado con mantequilla, por ambas caras y unta ligeramente las paredes con
la misma.
Vierte la mezcla en el molde y cubre por encima con láminas
de bizcocho cortadas con un centímetro de grosor aproximadamente.
Tapa con papel film y guarda en el congelador hasta el día
siguiente.
Saca del congelador, desmolda (pasa un cuchillo de hoja
ancha por los laterales del molde).
Elaboración de la
salsa: Haz un caramelo dorado con el azúcar y el agua. Retira del fuego y
con mucho cuidado, para evitar salpicaduras, añade la mantequilla blanda y el
ron. Lleva al fuego y cuece al mínimo removiendo hasta que espese. Deja enfriar,
mezcla después con la nata y disuélvela perfectamente. Lista para usar.
Derrama salsa prudentemente por encima. Sirve, después de unos
diez minutos, cortando porciones y bañando con más salsa al gusto.