Hoy tengo especial interés en daros esta receta. Pienso que es otra de mis
estrellas de cocina, pero no lo vais a saber hasta que la hayáis probado, por descontado contando con que los
ingredientes que lleva os gusten. No os lo pongo difícil porque me consta que
cocinar con dificultades no apetece mucho.
Para que os quede bien es importante que sigáis mis pasos,
no voy a pasar nada por alto.
Poned interés en su elaboración ¡y hecho!
- Lomos de salmón
congelados (no muy grandes) 2.
- Bote de espárragos
verdes (pequeño).
- Huevos L, cocidos,
4.
- Puerro, un trocito.
- Mantequilla 4
nueces aprox.
- Salsa de tomate.
- Nata de cocinar, 1
brick (poco menos).
- Mozzarella.
- Eneldo seco 1 cdta.
colmada.
- Pimienta blanca
molida.
- Sal.
Elaboración:
Descongela el salmón y elimina pieles (a mí me gusta dejar
algo de la piel porque da suavidad, además de que aporta sustancias
beneficiosas) y espinas. Trocea menudo.
Quita la cáscara a los huevos y corta a lo largo, vaciando
las yemas. Chafa las yemas.
Rehoga en dos nueces de mantequilla y a fuego medio el
puerro, cuidando que no se queme.
Añade el salmón sazonando con sal, pimienta blanca y eneldo.
En cuanto cambie de color lo retiras (así no se secará mucho). Incorpora las yemas.
Saltea los espárragos con la otra nuez de mantequilla,
habiéndoles retirado el agua de conserva, bien escurridos. Después tritura con
la nata hasta mezclar perfectamente.
Pon una base de tomate cubriendo el fondo de una besuguera.
Rellena los huevos con la pasta de salmón y colócalos encima. Cubre con la
muselina de espárragos.
Distribuye mozzarella rallada y pon una laminita de
mantequilla en cada huevo.
Enciende el horno para gratinar. Cuando estén dorados los
sirves.