Había oído hablar de las salicornias, pero no había tenido
el placer de probarlas. Os animo a hacerlo si sois como yo "una
catacaldos" (pero delicada ¡eh!) jajaja.
La primera vez que las comí fue en un restaurante, no hace
mucho tiempo, pregunté lo que era
aquello que tenía un sabor salino muy agradable y que me quería recordar, por
su aspecto, a unos endebles espárragos medio desarrollados ¡y claro! como es
que cada día están saliendo cosas nuevas e insospechadas al mercado, me
surgieron dudas sobre lo que me estaba llevando a la boca. Después de
preguntar, cuando medio pude entender lo que decía nuestro camarero (no era
español), sumado a que cuando oyes por primera vez una palabra algo enrevesada
necesitas, por fuerza, afinar la oreja para quedarte con el nombre, supe que lo
había oído en alguna parte. Luego en casa me instruí.
Después pensé en un plato y de resultas de ello salió esta
combinación que os puede gustar, aquí en casa triunfó, no menos por llevar un
acompañamiento perfecto como es este bacalao confitado.
Por si queréis saber algo de la planta, Salicornias.
Con la amabilidad de Cómete el Mar y de la mano de mi amiga
Isabel Mauri dispongo hoy para mi plato de este exquisito ingrediente. Si os
apetece probar os dejo la dirección o enlace.
Ingredientes:
- Aceite de oliva,
suficiente para que el bacalao quede sumergido completamente.
- Ajos, 2 dientes.
- Laurel, 2 hojas.
- Salicornias 200 g.
- Puerros 1.
- Zanahorias 2.
- Huevos 4.
- Aceitunas negras
(optativo)
- Pimienta blanca
molida.
- Sal (si es
necesaria).
Elaboración:
En un recipiente de paredes altas, y no muy amplio, calienta
el aceite con unos ajos aplastados, con piel y unas hojas de laurel, después
apaga el fuego. Retira los ajos y el laurel y sumerge el bacalao con la piel
hacia abajo, que quede tapado, vuelve a poner en el fuego. No debe exceder de
ochenta grados, según los entendidos. De no disponer de un termómetro vigila
que no hierva, de querer hacerlo retira el recipiente y luego pon de nuevo, es
preferible mantener baja la llama.
Dependiendo del grosor del bacalao tendrá más o menos tiempo de confitado. En
quince minutos tuve yo el mío.
Mientras, prepara para hacer el revuelto, cortando puerro y
zanahoria en tiras finas. Enjuaga las salicornias bajo el grifo. Saltea éstas
últimas en un aceite aromatizado con ajo, retira el ajo e incorpora el puerro y
la zanahoria, previamente blanqueados dos minutos en agua hirviendo (no poner
sal). Mezcla todo y añade un polvillo de pimienta blanca.
Bate los huevos, comprueba de sal. Cuaja a tu gusto.
Si decides servir individualmente dispón el revuelto en el
fondo de los platos y coloca el bacalao encima. Sirve caliente.