Si nos pusiéramos a pensar en una receta vegetariana que
agradara a muchos, y en especial a los peques, ésta podría ser una de ellas. Para no olvidarla la dejo en mi blog así podréis verla cuando os apetezca. La haréis más de una vez, fijo, porque
las tortitas que hoy os traigo están muy, muy ricas.
Con pocos ingredientes y económicos, y sin tener muchas
nociones de cocina vais a quedar sorprendidos con ellas.
Son recetas que guardo en borradores y que esperan su
momento para salir "al estrado".
Aquí os dejo la explicación detallada para no dejar nada sin
contar.
Ingredientes:
Calabacín mediano 1.
Zanahoria grande 1.
Diente de ajo.
Huevo 1.
Miga de pan (½ barra normal).
Comino molido 1 cdta.
Pimienta negra recién
molida.
Pan rallado.
Sal.
Aceite de oliva.
Salsa de yogur:
Yogur griego (sin
azúcar) 1.
Pimentón ahumado 1
cdta.
Aceite de oliva 1
cda.
Sal.
Cebollino.
Elaboración:
Lava el calabacín y sin quitar la piel rállalo. Ponlo a
escurrir en un colador ½ hora. Mientras, pela y ralla la zanahoria.
Mezcla las dos verduras y agrega el ajo también rallado.
Añade el huevo, el pan remojado y estrujado, desmenuza.
Sazona con la sal, la pimienta y los cominos molidos. Une la
masa.
Resulta una masa muy húmeda por el exceso de agua que
contiene el calabacín, por eso iremos cogiendo porciones de igual o parecido
tamaño, entre las manos ligeramente aceitadas, y presionaremos hasta que no salga
prácticamente líquido. Forma unas pequeñas “hamburguesas” ayudándote con los
dedos para redondear los bordes.
Pasa por pan rallado para que quede compactada la tortita.
Fríe en buen aceite de oliva hasta dorarlas, volviéndolas
del otro lado en medio de la fritura. Pasa a papel de cocina y sirve.
Acompaña las tortitas con la salsa de yogur, habiendo
mezclado bien sus ingredientes.
Aunque lo suyo es comerlas calentitas os animo a probarlas
frías.