¡Hola, Bienvenidos!

¡Hola amigos!


Os abro encantada las páginas de este blog. ¡Bienvenidos!

La cocina para mí es entretenimiento, un motivo para relajarme, expresarme, experimentar y hacer disfrutar a quienes prueban mi comida; incondicionales mi familia y amigos (siempre muy agradecidos), tengo motivos para poner pasión en cada uno de los platos que hago, ojalá logre transmitírosla.


Lo dedico a mi madre.

Mostrando entradas con la etiqueta Croquetas. Mostrar todas las entradas
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lunes, 8 de marzo de 2021

MEJILLONES TIGRE


 



Por aquí me tenéis otra vez, que vengo a dejaros unas recetillas de esas que se acumulan en borradores con la esperanza de encontrarse algún día publicadas en este blog.

Aprovecho para daros una vuelta que hace mucho que no sé de vuestra vida, y que si son cosas buenas para contarme me pondréis muy contenta.

De la mía os diré que sigue su bendita rutina y que no quiero que de momento me cambie, ya es mucho ¿no creéis?

La receta de hoy es bien conocida por todos y tal vez es una de las tapas más buenas que habéis comido. Lo cierto es que no la preparo con frecuencia, ésta en concreto la tengo escrita desde casi un año.

Se resume en hacer una bechamel a la que se le añaden como ingrediente principal mejillones que se han cocido previamente en vino de Jerez. Lo original de la tapa es que se rellenan las conchas con la bechamel. Después se pasan por harina, huevo y pan rallado y se fríen como las croquetas.

Cada maestrillo tiene su librillo para hacerlos, como ocurre con lo demás. Yo os dejo mi manera a ver si os gusta.

 

INGREDIENTES:

 

- Mejillones limpios, 400 g.

- Vino de Jerez, 50 ml.

- Laurel, 2 hojas.

- Puerro, 1 (parte blanca)

- Harina de repostería, 50 g.

- Leche entera, 200 ml.

- Pimienta blanca molida.

- Aceite de oliva 4 cdas.

- Mantequilla, 2 dados.

 

Para emborrizar:

 

- Harina.

- Huevo batido.

- Pan rallado.

 

- Aceite de oliva para freír (suficiente para que queden cubiertas las piezas).

 

ELABORACIÓN:

 

Cuece los mejillones limpios en el vino  con las hojitas de laurel y una pizca de sal. Antes de cocerlos desecha los que estén en mal estado pues pueden arruinarte el plato. Tapa y deja infusionar veinte minutos. 

 

Retira los mejillones de sus valvas, reservando parte de éstas, y pica la carne del marisco. Cuela y guarda el caldo de la cocción.

 

Sofríe el puerro cortado menudo en el aceite y la mantequilla. Deja que dore un poco.

 

Añade la harina, rehoga un par de minutos. Incorpora la leche y el caldo de cocción. Salpimienta (cuidando de no poner mucha sal).

 

Cuece la masa quince minutos a fuego medio, añade los mejillones picaditos, removiendo sin parar hasta que se desprenda del fondo y las paredes de la sartén.

 



Vuelca en una bandeja y espera que temple. No dejes que se enfríe, ya que es mejor que no endurezca demasiado para poder adaptar la masa a las valvas con más facilidad.

 

Rellena las conchas. Pasa por harina, huevo batido y por último pan rallado.

 

Fríelos en cazuelita, más bien pequeña, para ahorrar aceite, siendo así quedarán al echarlos perfectamente cubiertos.

 

 

El aceite debe estar caliente, nunca humeando.

 

Fríe en tandas de cuatro cada vez, para que no descienda la temperatura del aceite que haría empapar los mejillones de grasa. Si pones más corres el riesgo de que se rompan. Si pones menos se arrebatarán. Se trata de mantener una temperatura constante. Es el consejo que me gusta recordaros cuando se trata de freír.

 

Cuando estén doraditos los pasas a un papel de cocina y los sirves enseguida.

 

Quedan espectaculares. No dejéis de probarlos.






viernes, 17 de julio de 2020

CROQUETAS PICANTITAS DE BACALAO Y GAMBAS








Tenemos suerte con esto de las croquetas, siempre son una solución fantástica para aprovechar restillos que se van quedando en el frigo y que es necesario gastar cuanto antes.

Se pueden hacer a propósito, con ingredientes expresamente pensados, yo las hago casi siempre así, no me duelen prendas, merece la pena tal delicatesen y hay que darles su valor.  Sin embargo, lo habitual es que se aprovechen cosas, de eso sabemos mucho los cocinillas, siendo que la mayoría de las veces nos hemos encontrado con unas croquetas fuera de serie que no siguen dictados, dignas de hacerles la ola.

Me contaba Arguiñano ayer que su origen es francés, mal que nos pese a los españoles que le habíamos puesto ya el "made in Spain" jajaja. ¡Y es que son tan nuestras! que cualquiera daría crédito a que nos las inventaron nuestros vecinos fronterizos.

Se trata de hacer unas croquetas espectaculares, teniendo menos importancia lo que se les vaya a poner. El secreto sin lugar a dudas se esconde en el trabajo de la masa, en cocerla muy bien, para lograr una textura fina y suave. Lo es igualmente la fritura, que necesita de abundante aceite de oliva, siempre cubiertas, importa mucho que no descienda la temperatura, debe ser constante, por lo cual no debemos freírlas amontonadas, la paciencia es buena consejera. 

Se me antojó hoy dar un toque picante a mis croquetas, no en exceso, sabía que les iba a sentar de lujo.

Ayer también fue el día internacional de la croqueta, no me quiero perder el festejo sin celebrarlo publicando, aunque sea un día después. Casi os diría que esta receta puede ser un tutorial. Si os gusta aquí os dejo mi experiencia.


INGREDIENTES:

- Bacalao fresco 200 g.
- Gambas medianas descongeladas 150 g.
- Cebolla ½.
- Ajos, 2 dientes.
- Harina repostería 120 g.
- Leche semidesnatada 480 ml.
- Vino blanco, tipo Jerez, 100 ml. (optativo).
- Mantequilla 1 cda.
- Guindilla seca picadita.
- Perejil fresco.
- Aceite de oliva 6 cdas.
- Sal.

Para rebozar:

- Harina.
- Huevo batido con un poco de leche.
- Pan rallado.
- Aceite de oliva para freír.


ELABORACIÓN:

En una sartén con las seis cdas de aceite rehoga las gambas unos segundos. Retira a un plato.

Añade a la misma sartén los ajos y la guindilla, picados, a continuación el bacalao desmigado, limpio de espinas y pieles. Rehoga un par de minutos. Reserva.

Pon ahora la cebolla picada pequeñita (si no ha quedado mucho aceite, pon un par de cdas. más). Cuando haya reblandecido, y se haya ligeramente dorado, incorpora el vino y deja que reduzca.





Añade el perejil y le das unas vueltecillas.

Echa la harina, la leche fría y la mantequilla. Sazona.

Diluye los grumos que se van formando con una rasera, sin parar de mover la masa y manteniendo el fuego medio. Ayúdate de la rasera para despegar paredes y fondo, volteando de un lado para otro.  Cuece quince minutos, tras los cuales la masa se desprenderá fácilmente de la superficie de la sartén. Si por cualquier razón la masa te ha quedado grumosa, puedes pasar la batidora y eliminar los grumos. En los últimos cinco minutos agrega el bacalao y las gambas troceadas.




Vuelca sobre una bandeja y deja reposar un rato. Después cúbrela con papel film y espera a que se enfríe para meterla en el frigo, al menos dos horas.

Forma las croquetas a tu gusto. Bate el huevo e incorpora la leche. Empieza pasándolas por harina, después por huevo batido y por último por pan rallado.

Prepara una sartén pequeña o cacerolita con fondo (el elegir que sean pequeñas es para ahorrar aceite y como la fritura la haremos de pocas en pocas unidades no necesitamos una más grande). Calienta el aceite y antes de que humee baja el fuego al medio. Fríe probando con cuatro, cinco piezas, si no se rompen continuamos la fritura si alterar nada. Si se rompen reducimos a tres. ¿Alguien dijo paciencia? jjj.

  
Una opción de acompañamiento puede ser un buen pisto ¿Qué opináis?




martes, 21 de enero de 2020

CROQUETAS DE VINO TINTO


 



Muchos os habéis sorprendido con mis croquetas, y como me comprometí a pasarlas al blog, aquí estoy para que conozcáis de primera mano esta receta tan singular.

Desde el principio os diré que para hacerlas no he tenido más que darle salida a ese vino de calidad que quedó de una comida navideña, y que estando abierto dudé si se gastaría antes de que fuera tarde. Por descontado debía pensar en algo diferente a lo habitual, que no fuera el simple hecho de ponerlo en un guiso o salsa.

La idea surgió a raíz del día de la croqueta, aunque llevaba tiempo meditando sobre la posibilidad de sacar algo interesante sobre el tema. Por probar nada se pierde, así aparecen muchas veces platos que nadie espera. Total, si no tiene éxito con no volver a hacerlas...
 1 +- 100 desperdicio 
Si os gusta el vino tinto, os gustarán sin lugar a dudas estas croquetitas, sí, porque lo ideal es que vayan en formato pequeño, no me valen los croquetones, es un bocado para aperitivo y así debéis comerlas. Un entrante a fin de cuentas.

Y como se trata de una receta de aprovechamiento quisiera que entrara a formar parte del proyecto de Marisa (Thermofan), si a ella le complace aceptarla. 




Os explico a continuación cómo las hice:

Ingredientes:

Vino tinto, Viña Ardanza (Rioja), 4 medidas de un vaso de vino.
Harina de repostería, 1 medida de un vaso de vino.
Puerro 1, la parte blanca.
Mantequilla 1 cda. sopera.
Aceite de oliva 3 cdas.
Pimienta blanca molida.
Sal.
Aceite de oliva suave para freír.

Para emborrizar, en este orden: Harina, huevo batido y pan rallado grueso.

Elaboración:

Lo conveniente antes de hacerlas es hervir el vino para que pierda parte de su fortaleza. Yo hago siempre las croquetas, echando los líquidos en frío, así es que espero a que haya enfriado.

Pon el aceite junto a la mantequilla en la sartén y rehoga el puerro cortado menudito.

Añade la harina y a continuación el vino tinto. Ajusta el punto de sal y pimienta.

Cuece de quince a veinte minutos moviendo continuamente hasta que veas que la masa se desliza suave y se separa de paredes y fondo de la sartén.

Vuelca en una bandeja y deja que se temple. Tapa con film y guarda al frío si no las van a liar de inmediato.

Dales forma y las pasas primero por harina, luego por huevo batido y por último por pan rallado.

Fríe en abundante aceite (en recipiente alto y no muy grande para no gastar en exceso) a temperatura mediana y de pocas en pocas para mantenerla constante. 

Ponlas en papel absorbente y sirve calentitas. ¡¡¡A disfrutarlas!!!



lunes, 25 de marzo de 2019

CROQUETAS DE PATATA Y BACALAO





              
Se acercan los días de Semana Santa, y como es típico en nuestra tierra, sacamos la tradición a la mesa un año más.

He buscado un momentillo para haceros llegar esta receta que tenía en mente subir hace bastante tiempo.

Es una receta antigua, pero que perfectamente encaja hoy día en nuestros gustos.

¿No os van a apetecer un par de ellas con una cerveza fresquita? Estoy segura que a más de uno sí. Muy propias para tapear en una terraza... o donde vosotros queráis.

Tal vez no sean las típicas croquetas portuguesas, aunque muy parecidas. El caso es que se devoran con la vista y están ¡para comérselas!

Como siempre os mando un saludo cariñoso a tod@s.

Ingredientes:

- Patatas medianas 3.
- Bacalao desalado (puesto a remojo 12 h. cambiando el agua 2-3 veces) 160 g.
- Ajos 2 dientes.
- Perejil un manojo.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal (si se necesita).

Para rebozar;

- Harina.
- Huevo batido.
- Pan rallado.

- Aceite de oliva abundante para freír.

Elaboración:

Asa las patatas al microondas 10 minutos. Gíralas de posición a la mitad del tiempo. Deja templar y les retiras la piel. Después las chafas con un tenedor.

Seca con papel de cocina y limpia el bacalao de pieles y espinas (de tenerlas). Trocea menudo.

Mezcla muy bien las patatas con el bacalao. Añade los ajos y el perejil picados. Tapa el recipiente y mete en el frigo una hora.

Es el momento de probar la sazón. Rectifica de sal, si la necesita, y pon la pimienta.

Incorpora el huevo a la mezcla.



Da forma a las croquetas. Pásalas primero por harina, luego por huevo batido y después por pan rallado.

Fríelas en abundante aceite de oliva (escoge un recipiente hondo y no muy grande para freírlas, así no gastarás en exceso). Mantén una temperatura constante, media, fríe de pocas en pocas para no enfriar el aceite y correr el riesgo de empaparlas o romperlas.


Pasa a papel de cocina y sirve. ¿Qué tal con un salmorejo?



viernes, 1 de junio de 2018

CROQUETAS DE GAMBAS DE GARRUCHA






¿Que si podía haber hecho cualquier cosa con estas gambas? Desde luego que sí. Todo lo que decidamos hacer con ellas estará buenísimo si las usamos aprovechando al máximo su sabor.

Me sobraron unas poquitas después que puse el resto, la mayoría, a la plancha. ¿Por qué no aprovecharlas para hacer unas riquísimas croquetas de marisco? Con poca cosa salieron unas croquetas espectaculares, con protagonismo, mal que yo lo diga, jjj... pero así fue. En un visto y no visto se perdieron de la mesa.

Ingredientes:

- Leche semi-desnatada 4 vasos (de los del vino).
- Harina de repostería 1 vaso (de los del vino).
- Gambas de Garrucha 11-12.
- Mantequilla 40 g.
- Aceite de oliva 1 cda.
- Puerro 1.
- Hierbas aromáticas (un poquito de cada): perejil, eneldo y cebollino.
- Pimienta blanca molida.
- Sal.

- Para rebozar: Harina, huevo y pan rallado.
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE) para freír.

Elaboración:

Lava las gambas y escurre. Hierve la leche, retira e infusiona las cabezas y pieles de las gambas. Deja que enfríe y después presiona las cabezas para extraer el interior, vierte en la leche. Cuela y reserva.








Saltea las gambas en una sartén pincelada de aceite, con una pizca de sal gorda.







Pon a rehogar el puerro, cortado pequeño, en la mantequilla fundida y el aceite, a fuego medio, salpimentando.

A continuación pon la harina y la leche. Cuece a fuego medio-bajo, removiendo la masa sin parar (si es preciso añade algo más de leche, no más de otra medida) durante quince minutos.




Incorpora las gambas cortadas en trocitos. Igualmente pica menudas las hierbas aromáticas (cuidado con el eneldo, que es potente) y las pones también. Cuece cinco minutos más removiendo hasta que la masa se despegue del fondo.

Vuelca en una bandeja y deja enfriar, tapando con film. Si no corren prisa es conveniente dejarlas en el frigo al menos un par de horas.

Envuelve en harina dando la forma, después pasa por huevo batido y por último por pan rallado.

  

Fríe en aceite caliente, no humeante, de pocas en pocas para evitar que el aceite pierda temperatura y que también se rompan.

Ponlas en papel de cocina y sirve enseguida.




miércoles, 7 de marzo de 2018

CROQUETAS DE BACALAO TRADICIONALES





  
Se aproximan las fechas de Semana Santa y ya estamos pensando en sacar nuestras mejores "galas culinarias" para este tiempo.

Hice memoria y comprobé en mi recetario que aún no había subido las croquetas de bacalao.

No tengo mucho que contar sobre croquetas, porque ya está todo dicho: ¿que son un manjar? no cabe duda. Por eso decidí abrir un espacio para ellas.

A efectos de parecer pesada os recuerdo lo que tenéis que tener en cuenta. Poniendo los cinco sentidos en la bechamel para que quede fina y sabrosa, pocas cosas pueden igualarlas.

También es importante el rebozado, insisto en que uséis primero harina, luego huevo y por último pan rallado, así os aseguráis de que estarán bien protegidas. No escatiméis el aceite a la hora de freír, deben quedar perfectamente cubiertas (para no gastar demasiado lo mejor es freírlas en una cacerolita con fondo). La temperatura debe mantenerse constante durante la fritura, si ponéis muchas croquetas de una vez bajará y las croquetas harán como una esponja absorbiendo la grasa y empapándose de aceite. Si ponéis pocas correréis el riesgo de quemarlas y dejarlas frías por dentro. Probad de entrada friendo cuatro, y si no se rompen, añadid la siguiente vez cinco, no amontonéis, es mejor tardar en hacerlas que servir un estropicio.

Para rizar el rizo os cuento que si el pan rallado se moja ya no saldrán crujientes, por lo que recomiendo no meterlas en el frigo, ni en el congelador. Pierden mucho. Lo mejor es freírlas sobre la marcha ¿Rebozarlas nuevamente? no lo aconsejo, su capa exterior se hará gruesa y sabrán mucho a pan.

No os acobardéis con estos consejos, no se trata de dificultades sino de paciencia ¡Hacedlas! Seguid mi experiencia. Merece la pena disfrutar de un bocado gourmet.

Ingredientes:

- Bacalao desmigado, sin pieles ni espinas 280 g.
- Harina de repostería 120 g.
- Leche semidesnatada 800 ml.
- Ajos 2.
- Puerro 1.
- Perejil un manojo.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva 7 cdas.
- Mantequilla un trocito (optativo).
- Sal si se necesita.
- Aceite de oliva para freír 1 litro aprox.

Para rebozar:

- Harina.
- Huevos 2, grandes.
- Pan rallado.

Elaboración:

Elige un trozo de bacalao de mediano de grosor y ponlo en el congelador al menos dos días, para evitar el anisakis (me he acostumbrado a hacer ésto). Lávalo debajo del grifo y quita el exceso de sal.

Cubre con agua fría y lo metes en el frigo. Cambia de continuo el agua, enjuagando el recipiente cada vez. Mantén alrededor de 30 horas, con cambio de agua de al menos 10 veces (cambio el agua cada vez que abro el frigo, no cuesta mucho). Vuelve a pasarlo por el grifo y lo secas bien con papel de cocina.

Desmenuza retirando meticulosamente las raspas y pieles (aunque me ayudo de una tijera de cocina, es mejor hacerlo a mano pues se aprecian mejor las raspas). Reserva.



Pica y dora ligeramente los ajos y antes de que se pasen añade el puerro muy picado. A medio rehogar incorpora el bacalao y dale unas vueltas mezclando los sabores. Pon la pimienta molida y el perejil picado.



A fuego medio añade la harina y la leche fría moviendo desde este momento sin parar, procurando disolver los grumos con la rasera (conviene no descuidar la cocción para que no se agarre y se pueda quemar). Cuece veinte minutos la masa,  más que suficientes para que no le quede sabor a crudo. Después de este tiempo se separará de las paredes y el fondo de la sartén. Agrega el poquito de mantequilla, si quieres, a mí me gusta ponerla porque las hace más suaves.

Retira la masa a una bandeja y deja que enfríe.


En dos, tres horas, y antes de que la masa se haya encallado, forma las croquetas que se prestarán mejor a su moldeado. Pásalas por harina, huevo batido y pan rallado.


Fríelas en aceite caliente pero no arrebatado, de pocas en pocas. Ponlas sobre papel de cocina y sirve enseguida.














 



   
Hoy las acompañé con estas setitas japonesas que se han puesto de moda últimamente: Buna Shimeji al pilpil.













sábado, 1 de julio de 2017

CROQUETAS DE POLLO ASADO AL CURRY DE MADRÁS


  



Os he comentado alguna vez de la versatilidad de las croquetas que con distintos e inusuales ingredientes podemos convertir en un bocado exquisito quedando como grandes cocineros. Pues hoy era día de traeros esta otra manera de disfrutarlas, y muy especial. Si os gustan los sabores acentuados con tintes exóticos, éstas son las vuestras.

He recurrido a unos restos de pollo asado que en casa suelen sobrar y que no debemos, en conciencia, desperdiciar tirando a la basura. Los he usado en muchas otras preparaciones pero un día, ya lejano, probé a ponerlas en la masa para croquetas y creedme que quedan sabrosísimas.

Ingredientes:

- Restos de pollo asado y su salsa.
- Cebolla ½.
- Harina repostería 1 taza de café.
- Leche 4 tazas de café.
- 1 cda. rasa de curry de Madrás.
- Sal.
- Aceite de oliva.

- Rebozado común: harina, huevo batido y diluido con leche y pan rallado.

Elaboración:

Trocea, no muy fina, la carne de pollo y desecha ternillas y pieles.

Corta la cebolla menudita y rehoga en cuatro cdas. de aceite de oliva. Incorpora el pollo y la salsa, sofríe un minuto.

Añade la harina y la leche. Agrega el curry y mezcla. A fuego medio cuece la masa sin parar de moverla alrededor de quince minutos o hasta que la masa se desprenda fácil de las paredes y del fondo de la sartén.


Vuelca sobre una bandeja y cuando temple tapa con film para proteger la superficie. Espera que enfríe.

Forma las croquetas del modo que prefieras, en esta ocasión he querido hacerlas redondas por darles un aspecto diferente. Pasa por harina, huevo y por último por pan rallado.


Fríe en abundante aceite, de pocas en pocas piezas, para mantener siempre la misma temperatura que ha de ser caliente pero no ardiendo (fuego medio). Gira si es necesario para igualar el tostado. Pasa a papel de cocina y sirve enseguida.


Una buena ensalada sería el acompañamiento ideal.






martes, 14 de marzo de 2017

CROQUETAS DE PIMIENTO ASADO Y MOZZARELLA





Vuelvo con croquetas pues hay para todos los gustos. Como comprobaréis, si las llegáis a hacer, los ingredientes se complementan perfectamente. Estas surgieron de mi invención, pero no pude ponerlas en práctica hasta que mis hijos se hicieron mayorcitos, pues como a Shin Chan no les gustaba el pimiento, jajaja, y a mí, madre sufridora como tantas, no me merecía la pena enfrascarme en tal trabajo para tan "poca gente". A fuerza de irlo introduciendo en distintas preparaciones, más aceptadas por ellos, acabaron por quererlo más o menos. Filosofé con el pimiento y llegué a la conclusión de que no se es adulto hasta que nos gusta, con todo lo negativo o positivo que lleva aparejado ¿Que no quiero hacerme mayor? pues no como pimiento, jajaja... ¿Que quiero que me consideren adulto? pues a comer pimiento a "cascoporro", jajaja.

Que sean de pimiento asado es muy bueno, pero lo mejor es encontrarse dentro un relleno fundente y cremoso: ¡¡¡Mozzarella!!! a costa de la cual la croqueta debe ser mayor de tamaño que otras pues debe quedar muy bien escondida "la sorpresa" con la finalidad de que no tome contacto directo con el aceite y se reviente funestamente  😭.

Mi consejo es tomarlas recién hechas, que no se hayan enfriado, pero cuidando de no quemarse, el momento es cuando el queso todavía está fundido y blandito y amenaza con caer en "lamparón" sobre nuestro pecho.
  

Ingredientes:

- Pimientos asados 180 g. (puedes sustituirlos por pimientos del Piquillo)
- Mozzarella de búfala fresca.
- Harina de repostería 1 tacita de café.
- Leche desnatada 4 tacitas de café.
- Puerro ½.
- Mantequilla 1 cda.
- Pimienta molida (opcional).
- Sal.
- Rebozado común: harina, huevo batido y pan rallado.
- Aceite de oliva 6 cdas.
- Aceite abundante para freír.

Elaboración:

Sofríe el puerro picado y tritúralo en la batidora con los pimientos asados.

Devuelve a la sartén la pasta obtenida, agrega la harina y la leche fría y salpimenta. Cuece a fuego medio durante quince minutos, sin parar de mover para que no se agarre e incorpora la mantequilla. Vuelca en una fuente, deja templar y cubre con film. Enfría en la nevera.



Trocea la Mozzarella en cuadrados. Extiende una porción de la masa y pon un trozo de mozzarella en el centro. Cubre con otra porción de masa extendida y redondea para dar la forma clásica de croqueta. Deja envuelto el queso.

Reboza siguiendo el proceso habitual: harina, huevo batido y diluido en leche y pan rallado.

  

Fríe en abundante aceite procurando hacerlo de tres en tres, o de cuatro en cuatro, si las admite (es decir no se revienten).

Mis consejos para que una fritura sea correcta es que primero debéis calentar bien el aceite (eliminar el sabor a crudo) y luego bajar la llama al medio, esperando un momento para que no vayan a arrebatarse de golpe. Hay que intentar mantener una temperatura constante. No es conveniente freír más de las que admite en cada tanda (se revientan). Paciencia para obtenerlas crujientes y que no queden empapadas, grasientas, lacias, sin gracia, lo que ocurre al disminuir la temperatura del aceite por exceso de croquetas.


Si queréis no gastar mucho aceite escoged para freírlas un recipiente hondo y pequeño. Luego podéis colarlo y usarlo para guisos.



jueves, 19 de enero de 2017

CROQUETAS DE GALLINA TRUFADAS

 


Me gustan las croquetas, y creo que a casi todo el mundo. Me encanta experimentar con ellas y encontrarme con verdaderas maravillas gastronómicas.

No me quejo, hasta el momento, de haber fracasado al introducir algún ingrediente, llamémosle extraño. Al menos al día de hoy, que recuerde, no os he traído ninguna especialmente rara, o eso me pienso, jajaja. Las tengo en gran estima, por eso pensé que se merecían una sección aparte ¡ojo, que no están todas, que vengo con más! ¡¡¡Amenaza!!!

Me gustaría que conocierais gran parte de ellas pues así tendréis la oportunidad de encontrar vuestras favoritas. Os aseguro que sin despistaros de la receta os saldrán de lujo.

Éstas en particular son muy apropiadas para un día festivo.

Como veréis introduzco manzana, que en este caso era la que tenía en casa, cualquiera os valdrá (siempre dulce) que sirva para suavizar la carne de gallina que como sabéis es más sequilla.

Son un regalo para el paladar. Esta es mi contribución al Día Internacional de la Croqueta.

Ingredientes:
 
- Pechuga de gallina 250 g.
- Trufas 2.
- Manzana Ambrosía 1.
- Cebolla 1, mediana.
- Harina de repostería 250 g.
- Leche 380 ml.
- Caldo de gallina 380 ml.
- Mantequilla 1 cda. sopera.
- Pimienta negra molida.
- Rebozado común: harina, huevo y pan rallado.
- Aceite de oliva.
- Sal.

Elaboración:

Prepara un caldo con un cuarto de gallina y verduras (zanahoria, puerro, apio, ajo, cebolla y laurel). Sala y cuece hasta que esté tierna la carne.

Ya cocida y templada saca la gallina y trocéala no muy grande. Reserva, incluido el caldo de la cocción.

Sofríe en aceite (medio vasito) la cebolla cortada menuda y a continuación añade la manzana limpia (sin piel ni semillas) y troceada en dados más bien pequeños. Salpimenta ligeramente. Rehoga y agrega la carne, la harina, la leche y el caldo.

Añade la mantequilla y las trufas ralladas. Comprueba la sazón.



Cuece sin parar de mover veinte minutos a fuego medio. Debe desprenderse fácil del fondo de la sartén.

Vuelca sobre una bandeja y deja enfriar.

Forma las croquetas y pásalas por su rebozado en este orden: harina, huevo batido y pan rallado.


  

Fríelas en abundante aceite caliente y a fuego medio de pocas en pocas (muy importante). Ponlas sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite, y sirve calentitas.