Hay tantos tipos de bizcochos como para hartarse, uno para
cada día y no llegarías a probarlos todos.
El de hoy es sencillo de elaborar, pero muy rico. No he
querido hacerlo en molde pequeño, porque quería que presentara ese aspecto, más
similar a la repostería nórdica. He usado uno
de 25 cm de diámetro.
El interior queda ligeramente húmedo al llevar arándanos, ya sabéis que cuando se usan frutas o
verduras se consigue siempre aportar esa cualidad. Tampoco he querido abusar
poniendo más de la cuenta, para mi gusto los justos.
La disposición de ellos en la masa hace que luego queden de
esa manera tan graciosa y elegante.
Os cuento cómo lo he hecho:
Ingredientes:
- Azúcar blanquilla 190 g.
- Huevos a temperatura ambiente (tamaño L), 3.
- Yogur natural, 1.
- Harina repostería, 190 g.
- Levadura química Royal ½ sobre.
- Canela molida, 1 cda, rasa.
- Sal, una pizca.
- Arándanos, un puñado generoso.
- Azúcar glas para espolvorear.
Elaboración:
Precalienta el horno a 180 °C. Calor arriba y abajo.
Prepara el molde untándolo con spray desmoldante, o con
mantequilla y harina espolvoreada.
Tamiza la harina, la sal, la levadura y la canela. Reserva.
Bate muy bien la mantequilla con el azúcar, hasta que hayan
desaparecido los granitos de azúcar y la pasta presente un aspecto blanquecino
y cremoso.
Añade los huevos de uno en uno. Bate entre uno y otro,
integrando muy bien.
Incorpora el yogurt.
Agrega la mezcla de la harina en dos veces, uniendo con
suavidad con una espátula de arriba a abajo, para que desaparezcan posibles grumos
y se integre muy bien la masa.
Vuelca en el molde la mitad de la masa y extiende con la
espátula procurando nivelarla. Coloca varios arándanos encima de forma
arbitraria. Vierte el resto de la masa, nivela, y ahora coloca unos cuantos
arándanos haciendo un círculo.
Introduce en el horno a media altura y deja que se haga sin
abrir la puerta 40-45 minutos.
Retira y deja que temple. Pasa a una rejilla para que se
enfríe del todo.
Espolvorea azúcar glas por encima.