Como todos y cada uno de los días de su vida reciente,
Ernestina, se levanta con el corazón agitado, piensa que esto no debe ser bueno
para su salud, pero no se arranca a visitar al médico. Hace algunos años
decidió "tirar por la calle de en medio" (apunto, que esto pudiera
ser lo que la perturba y le mina su salud).
Cuando aún no hay luz en el cielo, suena una campana, y al
sonar, su corazón se desboca como potrillo asustado. Bastaría sólo su latido
para despertar a las dos novicias que comparten celda con ella.
Hace un año escaso que se decidió por la vida religiosa,
pensó que no podía más y que abandonaba el mundo injusto y cruel en el que le
había tocado vivir. Optó por refugiarse en un convento de clausura para terminar
en él sus días, ya que le faltó el valor necesario para hacer otras cosas más
concluyentes y drásticas. De fracaso en fracaso afectivo y sentimental y pensando que estaba condenada a vivir el
resto de su tiempo sola, se vio en la necesidad de buscar una solución que la
hiciera, al menos, compartir su vida con algunos seres humanos, en teoría
llenos a rebosar de virtudes, tales como el amor y la entrega. Era una buena
idea. La alternativa de hacerse eremita no estaba en su proyecto. Ni tampoco la
de rodearse de felinos o canes varios. Respetando gustos, que ella es muy
respetuosa con todas las personas.
Hoy, Ernestina después de que ha medio calmado su órgano
vital, se ha lanzado de la cama en picado, como un rayo, pisando el suelo de
bronce, que así parece de lo bruñido que está, ha cogido su zapatilla, aturdida y
con los ojos a medio abrir ha lanzado un grito despavorido que retumba por las
cuatro esquinas de la habitación:
- ¿QUIÉN ES? -y después de unos segundos, desgañitada aún- ¿QUÉ SANTO QUE DEL
CIELO SE DIGNA A LLAMAR A ESTA CASA DE ORACIÓN NO CONTESTA A MI PREGUNTA?
¡RESPONDA! ¡RESPONDA! ¡O ME LÍO, ME LÍO Y LA QUE NO RESPONDO SOY YO...! -observa que ya no tiene su zapatilla- ¿QUIÉN ME HA QUITADO EL TELÉFONO?
¡BANDIDOS! ¡HIJOS DE SATANÁS! -Acto seguido arremete con todo lo visible e
invisible que está a su alcance-.
Al sonido de "racatrás" y con la sospecha de que aquello estaba tomando
visos de empeorar, se levantan "las novicias", la reducen y la
maniatan como Dios les da a entender. Ella, piensa mientras dura la maniobra
que a una de esas novicias habría que darle un repaso en el bigote, ahora lo aprecia
que la tiene tan cerquita.
- ¡Como se ha dejado esta chica! con un afeitado quedaría tan maja -medita para sus adentros-.
Ernestina no se resiste ¿para qué? si siempre acaba lo
mismo. Después, si la cosa va a más, la meten entre "celosías" hasta
que se tranquiliza el ambiente. Os dije que es muy respetuosa, jajaja.
Ingredientes:
- Plancha de hojaldre
1 (Lidl).
- Manzanas 3 ó 700 g.
- Avellanas sin sal y
sin tostar 40 g.
- Mantequilla 20 g.
- Jengibre fresco
rallado 1 cdta.(optativo)
- Pimienta de Jamaica
molida 1 cdta.(optativo)
- Azúcar 40 g +10
para espolvorear.
- Huevo batido para
pincelar.
- Guindas (opcional).
Elaboración:
Fundimos la mantequilla y sofreímos un par de minutos las
avellanas troceadas. A continuación ponemos las manzanas peladas y en dados no
muy grandes. Dos minutos después añadimos el azúcar y las especias. Las dejamos
hasta caramelizarlas, con cuidado de no hacerlas papilla. Dejamos que enfríe.
Encendemos el horno a 200 ºC.
Abrimos la plancha de hojaldre sobre el papel de fábrica y
la dividimos en dos partes iguales rectangulares. Una de las partes la doblamos
sobre sí misma, sin apretarla y le trazamos con un cuchillo afilado líneas paralelas
en sentido transversal de algo más de un dedo (aproximadamente), dejando un espacio sin cortar en los
extremos.
En la parte sin doblar extendemos en medio y a lo largo la
farsa de manzana. Trasladamos, ayudándonos del papel, la parte doblada y la
abrimos con cuidado sobre ésta, desplegándola.
Ajustamos los bordes y sellamos apretando bien. Pincelamos
con el huevo y esparcimos el azúcar.
Si queremos ponemos guindas, almendras laminadas, coco rallado,
fruta escarchada...
Introducimos en el horno, con su papel, y esperamos que se
dore, veinte-veinticinco minutos.
Qué fantástica historia para introducir a esta receta tan pero tan rica!! Ese relleno dulce y suave de manzanitas y jengibre hace que se me antoje un trozo ahora mismo, se ve deliciosa!! me encanta!!
ResponderEliminarbesitos!!
Toda una sorpresa empezar el post, que a todas luces iba a ser gastronómico como siempre, con este relato corto,pero no por ello menos interesante. Como también lo ha sido ese hojaldre riquísimo de relleno y sabor. Un lujo para un miércoles que parecia ser de lo más normal y empieza bien.
ResponderEliminarUn beso.
Tendremos de esperar al próximo capitulo jeje.
ResponderEliminarUn postre sencillo y deliciosa por su aspecto, me ha gustado el relleno es diferente .
Me lo apunto.
Besos
Me ha sorprendido el comienzo de la entrada, para bien. Vaya con la pobre Ernestina, jaja.
ResponderEliminarTu hojaldre te ha quedado muy bueno, perfecto. El relleno suave y de manzana que me chiflan, con el jengibre muy rico sabor. Espero el siguiente relato para la próxima entrada.
Un beso
Pobre Ernestina... me gustaría saber si al final, la paz y la tranquilidad del convento le ayudan para escapar de sus miedos y fantasmas imaginarios... por fa, cuéntanoslo en un segundo episodio.... Tu celosía de manzana me ha robado el corazón, a estas horas de la mañana y sin haber desayunado todavía... ¡quiero un trozo, por favor! Yo pongo el café, ¿vale? Un beso, guapa, me encanta tu estilo literario y tu estilo repostero.
ResponderEliminarñam ñam :) que rica... queda muy vistosa para cuando tenemos visitas en casas y además se hace relativamente rápido. Estos postres me gustan mucho. Son mano de santo para cuando no tienes claro que poner en la mesa. A la espera de otro relato. Un besito!!
ResponderEliminarrecetas de una gatita enamorada
¡¡Uy, sólo espero no encontrarme a Ernestina entre esta celosía de hojaldre cuando le de un bocado, je, je!! ¡¡Pobre Ernestina, y su vida de tormento!! Pero, oye, una segunda parte no estaría nada mal, que nos has dejado un poco impacientes por saber más. Yo he probado varias veces hojaldres rellenos con manzanas, pero con esta presentación tan fantástica te aseguro que ninguno. Además, es el típico postre que no te conformas con un trozo y hay que repetir más y más.
ResponderEliminarPor cierto, no me he ido de vacaciones, es que ya me fui en agosto y aún no he vuelto, ja, ja. Ya me queda poco para volver. Besitos.
Que tarta mas rica y que bonita queda me gusta, esperamos el proximo capitulo besitos
ResponderEliminarPreferiría en la vida evitar a las Ernestinas, mucho más si es de buena mañana. Y mientras no esté oculta en esta deliciosa celosía ¡yo encantada! ¡Hay qué bonita te ha quedado!
ResponderEliminar¡Besos mil!
Hola Alicia!!
ResponderEliminarPor fin llego por aquí desde que volviste de las vacaciones, vacaciones que me imagino que habrán sido estupendas.
La historia que cuentas me gusta, pero más me gusta tu tarta, está impresionante!! Dios como apetece darle un mordisco, lástima que no se puede, la pondré en práctica para poderselo dar :)
Besos!!
Bueno, pues que sorpresa, nos has sacado tu faceta literaria!! Pues yo encantada de leerte y de disfrutar con tus relatos. ya conocemos a Ernestina y como han dicho todos me he quedado con ganas de más.
ResponderEliminarNo me gustaría que me encerraran en una celosía pero lo que sí haría es abrir este hojaldre , disfrutar de él y de su relleno.
Un beso Alicia y feliz día!!!
Alicia te ha quedado preciosa.
ResponderEliminarUn saludito
Hago una parecida, pero con canela. Tiene que estar buenísima con el jengibre y la pimienta de Jamaica. las cerezas verdes le dan muy buena presencia, ya que casi siempre ponemos rojas.
ResponderEliminarBesos.
¡Oh Alicia que bonito relato!
ResponderEliminarDesconocía tu faceta de escritora, pero debo decirte que me ha encantado.
Y no sé decirte, si me gusta más la receta, o tu relato, me encanta leer, a veces soy capaz de pasar todo el día leyendo casi sin para, y la verdad, con relatos como el tuyo, me siento muy a gusto.
Besos y por favor, sigue haciéndolo porque lo haces realmente bien.
Te ha quedado deliciosa esta tarta de hojaldre, me encanta Alicia!!
ResponderEliminarUn besito
Te ha quedado preciosa y rica lo estaria y mucho!!pero que perfeción a la hora de elaborarla, esta que se sale de buena...Bess
ResponderEliminar¿25 minutos? Santa paciencia habrá que tener para esta trenza poder comer!! Ay, esta Ernestina podría haberse ido mejor a un manicomio, allí tendría lo que busca...compañía, un teléfono y ninguna celosía, sólo una camisa de fuerza jjjj
ResponderEliminarQue está genial tu historia, sabes que me encanta cada vez que pones alguna aunque me gustaría que fueran más veces, ¡¡escribes muy bien!!
Un beso guapa.
Pues vaya con la Ernestina, nos quedamos con la historia y el super hojaldre que nos traes, que esta para morirse lentamente... un relleno delicioso. Buenisimo ;) muchos besos.
ResponderEliminarMi querida amiga, seguro que con un buen trozo de esta rica tarta errnestina se tranquiliza jejeje, te ha quedado espectacular, y con una pinta de estar mas que rica Mil besicos cielo mio
ResponderEliminar¡Pobre Ernestina!, menos mal que esta celosía hojaldrada de manzana consuela hasta a la más desdichada. Después de un tiempo alejada de este mundillo, es un placer volver a leer tus recetas y más con esta historia de Ernestina. Un besote.
ResponderEliminarMuchas gracias chicas, me alegro que os hayáis divertido con este relato, esa era mi intención, amenazo con alguno más, jajaja. Besos para todas.
ResponderEliminarJajajajajjajajajaja ¡Alicia! ¡Que me parto! jajajajjajajajaj ¡Qué historia! Te prometo que según la estaba leyendo pensaba: "pues igual me voy yo también a un convento." Pero oye para verle el bigote a una monja, virgencita que me quede como estoy (me sé de uno que me lo agradecerá si le ahorro el disgusto jajajaja). Pero te digo una cosa, tenías que haberlo hecho al revés: primero nos mandas a la cocina a hacernos el hojaldre de manzana (se me caen las babas) y luego con eso y el café ¡a leerte! ¡Ojalá se cumpla la amenaza y sigas contándonos relatos como éste! jajaja Besaaaaazos!
ResponderEliminar¡¡Hola!! Estoy alucinando con tu blog!! He venido a visitarte y a parte de que me encantan tus recetas, con los paso a paso tan bien explicados que así es imposible no querer hacerlas, me encuentro con esta historia de Ernestina que me ha hecho tanta gracia!! jajajaja Enhorabuena por el blog! y me quedo por aquí para seguirte y espero leer más historia de Ernestina pronto! :) ¡¡Besitooooos!!
ResponderEliminarHola Alicia: no se si me ha gustado más el relato o la receta.... me quedo con los dos y también me quedo por aquí de seguidora. Gracias por tu visita a mi blog, nos vemos por la blogofera. Un beso
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