Supe que no nos quedaba mucho tiempo. Él también lo sabía.
Me mandaba señales que no quise entender y sin embargo me empeñaba en verlo feliz
y ardiente día tras día, pidiendo alguno más al calendario.
Cuando todo estaba preparado, con la ilusión lógica que
provoca una tarea bien hecha y avocando por un milagro que siempre me ofreció, me
asaltaban las dudas ante la posibilidad de culminarla, de que se desvanecería
mi deseo. Los minutos se hacían horas esperando, a pesar de mis anhelos, temiendo
que se produjese el desencanto, un fracaso irremediable y en especial una
sensación grande de tirar la toalla para no volverlo a intentar nunca más.
Dos últimas oportunidades que concluyeron desechadas, a
pesar de que tuve que reclamar la ayuda de "sus hermanos".
Hubo que desistir, en contra de mis sentimientos, con todas las vivencias que
hemos compartido ¡Cómo
supimos calentarnos en el frío invierno...! ¡Si yo os contara cómo, juntos, ardíamos en el verano! así era, que tanta fogosidad se hacía dueña de nuestra estancia, sobrando cualquier prenda.
Le di todo el tiempo del mundo hasta que éste también dejó
de importar.
Muchos años a mi lado aceptó lo que le entregaba sin quejas
y me lo devolvía espléndido, radiante, con sus mejores galas. Le gustaba
dejarme admirada.
Sentí que aquel calor que necesitaba en cada uno de nuestros
encuentros se iba yendo paso a paso, aún de poner todo mi empeño en
mantenerlo.
Pero lo que supondría el final entre los dos llegó por la
resistencia, que fue en varias ocasiones la mano negra que enturbió la relación,
que se interponía una y otra vez, insistente, indolente, muy, muy fría. Todo
estaba perdido.
Y se fue, como se van las palomas arrojadas por el hombre
hacia lugares más lejanos, esas que ya nadie quiere, símbolos de la paz
muertos, ahora ratas voladoras.
Me despedí de él sin querer mirarlo de frente, temiendo un impulso que me hiciera lanzar un grito
de desesperación, con una necesidad imperiosa de amarrarlo para no decirle
adiós definitivamente. ¡Sabio él que se marcha para llevarse mi sabiduría!
Se iría todo digno, pero derrotado. Lo que tenía claro es
que no tardaría en sustituirlo por otro, eso era algo que siempre tuve en mente
¡qué frivolidad! Me había acostumbrado a amarlo y sabía que no iba a poder
pasar mucho tiempo sin un nuevo compañero, que hasta incluso lo superase, al
que me tendría que ir adaptando para aprender poco a poco a manejarlo
¡manipuladora!
Dedico esta entrada a todos los cocineros-as del mundo que
no pueden vivir sin su horno. A mis queridos compañeros con especial cariño.
¡¡¡Esta es la historia de mi horno, no me penséis mal!!!
Explicándome:
Las dos últimas oportunidades se refieren a dos bizcochos
que terminaron irremediablemente en la basura a causa del fallo de las resistencias.
El tiempo que le di se refiere a cuando el temporizador
perdió su utilidad, me quedé con él en la mano.
"Los hermanos" son otros electrodomésticos de los
que me ayudo en la cocina, los menores de mi apreciado horno.
Lo demás, creo, que está claro.
Bonita historia dedicada a tu mas fiel amigo en la cocina !!!!
ResponderEliminarYa he pasado por ello y se lo que duele, cuando le tienes el pulso echado va y nos deja.
Bueno.... tendrás de reponerte de tan irremediable perdida y a pasos agigantados, que la Navidad llega y estoy esperando tus dulces echos al horno.
Besos
Hay que ver lo que un horno puede llegar a inspirar, bellos relatos cargados de romanticismo. Sin duda es un gran aliado en esta tarea que nos ocupa a diario y cuando no está lo echamos de menos. Que su alma descanse en paz, y larga vida al nuevo.
ResponderEliminarBss
Pero que entrada mas bonita Alicia, tu horno debe estar muy feliz en su retiro, menudas vivencias tenemos con ellos y casi todas con tan buenos resultados, que de verdad da mucha penita tenerse que separar de ellos, pero así es la vida, tenlo siempre en el recuerdo. Besitossss.
ResponderEliminar¡Qué bonito Alicia! A veces pienso qué me pasaría si se rompe el horno y me pongo enferma ¡con lo que yo lo quiero! ¡y lo necesito!
ResponderEliminarPero bueno, ya vendrán hornos nuevos que nos inspiren tanto como este te ha inspirado a tí
¡Besos mil!
Hola guapísima !!!
ResponderEliminarJajajaja qué sentimientos más profundos, pero me has tenido engañada hasta el final. Fijate que pensé que era alguna mascota, y pensaba en lo mal que lo estaríais pasando.
Pero vamos, que me pasa eso con mi horno, y creo que no has exagerado ni un puntito, a mí me da un síncope directamente :) lo necesito a diario.
Eres una lianta jajaja
Besotes gordos mi niña.
Ay, Ali... Me has hecho pensan en que al mío quizá ya le quede poco y en breve estaré igual que tú... ¿cómo será que nos encariñamos tanto con las cosas? En fin, como no hay mal que por bien no venga, seguro que pronto disfrutarás de otro maravilloso, besos.
ResponderEliminarPobre horno, si pudiera leer esta entrada!! Jajaja.
ResponderEliminarBesos.
le tenias cariño a tu horno , lo que te ha salido tiene que estar orgulloso tu horno jajaja besitos
ResponderEliminarMadre de dios cuando empecé a leer pensé que los tiros iban por otro sitio, menos mal, bueno, no te preocupes eso es un mal menor y enseguida te pones al tanto del nuevo, yo pase por ello hace poco jeje...Bess
ResponderEliminarAlicia querida, llámame mal pensada, pero creí que nos ibas a revelar otro tipo de ruptura, Jajajaja...
ResponderEliminarEres increíblemente buena, me tenías con el alma en vilo hasta el final, y si no llegas a decir que el protagonista de tu relato era un horno, no te quiero decir lo que me ha pasado por la cabeza, Jajajaja...
¡¡Buenísimo!!
Besos
Alicia, pensaba que había fallecido alguien querido, próximo. También me has tenido engañada hasta el final. Muy bien escrito. Espero que tu horno nuevo se comporte. En mi caso, no fue así. Besos.
ResponderEliminarJajaja, ay perdona que me ría pero es que qué salidas tienes! Ya veo que ha sido una despedida muy sentida y no es para menos!! Lo que sí que está claro es que escribes genialmente! y ya sabes..."A horno muerto, horno puesto" ;-)
ResponderEliminarUn beso
Ja, ja, ja, ¡¡pero qué conciencia más retorcida tengo!! ¡¡Vaya historia de pasión tórrida me he imaginado!! ¡¡Pero qué maestría tienes escribiendo y tú tan callado que te lo tenías!! Me dio hasta lástima que "utilizara" ese tórrido amor y lo sustituyera por otro sin piedad. Pero claro, ahora todo cuadra, el pobre ha pasado a mejor vida, y la necesidad manda. Bueno, te deseo que el sustituto, joven y ardiente, te hornee todo a tu gusto, je, je. Besitos, y gracias por este regalo, tu estupenda entrada.
ResponderEliminarPero Alicia!! me habías asustado chiquilla, pensé que había fallecido alguien o me imaginaba el final con algo malo, en fin tu horno, jaja, bueno seguro que piensas fue bonito mientras duro jeje, pero sabes que te digo a rey muerto rey puesto, así que horno nuevo y ademas mejor jaja.
ResponderEliminarUn besazo
Jajaja, menudo susto nos has dado, yo ya estaba pensando en algo muy malo, pero mira, siendo el horno el que se ha marchado al otro lado es algo superable, jaja, esa pena se te arregla colocando otro en su lugar lo más pronto posible, nosotras sin horno no somos nada, jaja.
ResponderEliminarBesos y buen finde.
Jajaja!! Como estamos!! Yo estoy muy encariñada con muchos de mis electrodomésticos, lo bueno con ellos es que se sustituyen ;) Aunque el horno con lo que se tarda en pillarlo es más fastidioso... Gracias por las risas que me he echado con tu relato jeje! Besitos!
ResponderEliminarCaramba Alicia, cómo bordas las palabras, aplausos para ti!, aunque al principio, y con vocablos tan sentidos creí que iban dirigidas a una persona, pero no, jajaja qué bueno, menudo homenaje y despedida más profunda y elegante!.
ResponderEliminarUn beso!
Como te entiendo querida amiga, cuando un electrodoméstico funciona bien, aunque este muy viejo quieres mantenerlo. Pero al final debes cambiarlo, yo acabo de hacerlo y tendré que hacer ingeniería para dominarlo. Bromas a parte , te entiendo. Besos guapa.
ResponderEliminarMe he quedado impactado Alicia!!! Es la primera vez que entro en tu Blog para leer una de tus recetas (setas empanadas), y cuando he leído tu "Elegía" me he quedado impactado, pues he pensado que era una historia de amor real con una persona y NO con un electrodoméstico.
ResponderEliminarA pesar de mi edad sigo siendo un soñador, pero mis sueños gracias a Dios se han cumplido en su totalidad.
Aunque eres una magnífica cocinera, creo que deberías derivar hacia la pluma, pues tienes arte.
Un cordial saludo.