Buena sopa donde las haya y con el sabor de lo clásico, con
tradición familiar. De vez en cuando cuelo entre mis recetas, alguna de mi
madre y ésta es una de ellas. Mi madre ha sido mi inspiradora y quien además me
inculcó la pasión por la cocina. Cocinando era elegante, meticulosa, precisa,
sabía lo que hacía y para quién lo hacía, su familia.
No podía quedar en el olvido una sopa de estas proporciones
gustativas, por eso hoy os la traigo y os animo a prepararla.
Aprovechando que me han regalado unos pimientitos especiales
he pensado usarlos en lugar de los verdes italianos que eran los que ella
utilizaba para esta sopa. Por lo demás la sigo al pie de la letra.
No os doy cantidades pues dependerá del número de pimientos
a rellenar.
La dedico en especial a mi prima Mati que me la ha pedido
muchas veces y al fin la publico.
Ingredientes:
- Pimientos verdes
italianos, (o los que he puesto yo).
- Masa de albóndigas
(Carne picada mitad cerdo, mitad ternera. Huevo. Miga de pan remojada. Ajo y
perejil picados. Sal y pimienta negra molida).
Para la sopa:
- Jamón serrano, unas
puntas (mejor de ibérico).
- Cebolla, unos
cascos.
- Ajos, varios
dientes.
- Laurel, unas
hojitas.
- Pimienta negra en
grano.
- Azafrán en hebras
ecológico La Melguiza
- Yema de huevo.
- Zumo de limón.
Elaboración:
Lo primero es hacer el caldo. Ponemos a cocer el jamón, la
cebolla, los ajos, el laurel, el azafrán y la pimienta negra. Hay que conseguir
un caldo muy sabroso, ya que es el fondo de este guiso. Necesitaremos una hora
de cocción, al menos, para que el jamón suelte todo su sabor, con el aporte
maravilloso de este azafrán. Después se cuela y ya estará preparado para
introducir los pimientos rellenos. Comprobamos que haya quedado en su puno justo de sal.
Con mimo retiramos los tallos de los pimientos dejando un
bordecito alrededor (he usado un ahuecador y me ha ido muy bien, después he
retirado con una cucharita las semillas del interior). Conservamos los rabitos
para usarlos de tapadera. Rellenamos los pimientos y tapamos con su tallo.
Mientras cuece el caldo, hacemos la masa de albóndigas con
los ingredientes que arriba os he indicado.
Ya rellenados los sumergimos en el caldo y dejamos cocer
alrededor de cuarenta minutos a fuego medio, hasta que los pimientos estén
tiernos. Apagamos el fuego y dejamos reposar unos minutos.
Batimos la yema con zumo de limón (al gusto). Incorporamos
caldo de la cocción y diluimos para integrar, teniendo en cuenta que el caldo
no esté muy caliente pues corre el riego de cortarse.
Por último volcamos sobre los pimientos, mezclamos bien y
servimos.