Ingredientes:
- Caballas.
- Ajos.
- Cebolla.
- Zanahoria.
- Laurel.
- Guindilla.
- Pimienta negra.
- Aceite de oliva.
- Sal.
Elaboración:
Limpiamos las caballas
de la raspa central y lavamos debajo del grifo. Secamos con papel de cocina.
Disponemos en una sartén amplia un vaso de 250 ml con aceite de oliva.
Cortamos bastante ajo
en láminas, cebolla un trozo y zanahoria también laminadas.
Con el aceite frío
ponemos éstos a cocer, junto a dos hojas de laurel y una guindilla. A
continuación colocamos las caballas con la piel hacia arriba, después de
salarlas. Las mantenemos sin moverlas cinco minutos a fuego bajo, para después
volverlas del otro lado dejándolas otros cinco minutos, terminando su cocción.
Una vez cocinadas, son
más fáciles de extraer las raspas que queden, mejor con unas pinzas.
La caballa es uno de
los pescados favoritos de mi marido, se las preparo de distintas maneras, y de
todas le gustan. Hoy fue al súper y las vio, dice que había cantidad tremenda,
y las empleadas trataban de venderlas a todo el mundo. La verdad es que a él no
necesitan convencerlo, y afinando vio cómo les extraían las huevas y se quedó
alucinado porque una clienta anterior las había despreciado. Al hacer un comentario
le ofrecieron a mi marido las de la señora que no las quiso, y se vino tan
contento para casa con las nuestras y algunas más (claro, no se las cobraron).
Así es que las he cocinado junto a las caballas y han quedado sabrosísimas.
El cocinarlas en
abundante aceite es para que después de hechas podamos conservarlas en un táper
dentro del frigorífico. Aguantan bastante, estando bien cubiertas, si es que
duran y no se las comen antes. Podremos comérnoslas calientes o frías
(obviamente).
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