En este tiempo se inunda nuestro jardín
de fresitas, parece que cuantas más coges, más salen, así es que tengo que
darles salida. Las solemos congelar y luego hacer helado con ellas, no puedo
explicaros el sabor tan exquisito que tienen, eso sí, son muy delicadas, un
simple roce las magulla y desmerece su aspecto. Si las coges de un día para
otro se han ablandado. Para mermelada son extraordinarias, para coulis, para
merengues y vinagretas; pero hoy he decidido hacer una tarta, pudiendo vosotros
sustituirlas por fresas normales.
Ingredientes:
- Pasta brisa 1 lámina.
- Fresitas 350 g.
- Queso fresco crema 500 g.
- Leche evaporada 350 ml.
- Nata 250 ml.
- Gelatina neutra 12 g para la crema y 4
para la cubierta.
- Azúcar 10 cucharadas soperas.
Elaboración:
Cubrimos el fondo de un molde desmontable
de pastelería con el papel que trae de fábrica y sobre él extendemos un círculo
de pasta brisa, lo pinchamos con un tenedor para que no suba, para prevenirlo,
más vale ponerle algo de peso encima, como garbanzos. Horneamos. Con el horno
precalentado 10 minutos a 200 ºC, lo mantendremos hasta que tome un poco de
color. En este paso tendremos presente que la pasta brisa suele encoger si se
le da más tiempo del necesario. Bastarán 10 minutos. Ya horneada, la
dejamos enfriar.
Mezclamos el queso, la leche evaporada de
la que reservamos tres cucharadas y la nata en un bol. Añadimos el azúcar
disolviéndola bien. Hidratamos 12 g de gelatina y con la leche evaporada
caliente que hemos reservado, la disolvemos. Unimos ambas.
Volcamos el preparado sobre la pasta
brisa y metemos al frigorífico hasta que se solidifique, 2 ó 3 horas.
Para la cubierta chafaremos unas cuantas
fresitas que pondremos a calentar, con cuidado de no quemarlas, y les
añadiremos 4 g de gelatina hidratada. Cubrimos toda la superficie.
Colocamos las fresitas haciendo un cordón
en círculo presionando ligeramente para que queden adheridas, pero sin
romperlas. Volvemos a meter al frigorífico un par de horas más. Desmoldamos y
servimos fría.
Corte de una porción.
Minitarta de fresitas silvestres. Para
que veáis cómo queda hecha de forma individual.
Más deliciosa imposible!
ResponderEliminarMe alegro de que te gustara. La repetiremos. Besillos Mm.
EliminarQué pinta tan fabulosa¡¡¡ te quedó de escaparate¡¡¡
ResponderEliminarGracias por tu opinión. Saludos.
Eliminarque riquisima !! me gusta tu blog y me quedo por aqui, te invito a conocer el mio :
ResponderEliminarhttp://neferuracocinera.blogspot.co.uk/
Agradezco tu comentario. Pasaré a verte.
EliminarHola Alicia te ha quedado preciosa y riquisima me encanta esta tarta y la individual es una monada
ResponderEliminar!!!! un besin !!!!
el toque de belen
Gracias por tu visita y por tus elogios, la he hecho con mucho cariño. Besos. Nos vemos.
EliminarTe ha quedado fantástica. Un saludo
ResponderEliminarGracias, amiga. Besos.
EliminarQué bonita te ha quedado la tarta en cualquiera de los dos tamaños, ha de estar riquísima con estas fresitas, con mucho sabor.
ResponderEliminarBesos.
¡Qué tarde te respondo!. He estado muy liailla, pero parece que tengo un poco de descanso ya. Ana, gracias.
EliminarOhh, que pinta tan divina! Me quedo por aquí y te invito, si te apetece, a que te pases por mi blog: http://dulcibal.blogspot.com.es/
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias, Mónica y por supuesto que me apetece visitarte. Saludos.
EliminarQué buena pinta, para eso necesitamos fresas silvestres de verdad, sino con las de las tiendas, no sale ni mucho menos igual. Me gusta el blog, me quedo por aqui.
ResponderEliminarBienvenida Lola a mi pequeño pero gran grupo. Encantada de tenerte por aquí.Saludos.
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