Ingredientes:
- Pan de miga suelta, de dos o tres días.
- Ajos 10.
- Pimientos verdes ¼ kg.
- Longaniza ¼ kg
- Brocheta de sepia 1 por comensal.
- Melón.
- Aceite de oliva.
- Sal.
Elaboración:
He empleado una barra grande tipo
chapata, que son las que mejor se prestan para las migas. La mojamos
dividiéndola en tres trozos, debajo del grifo sin empaparla demasiado. A
continuación la estrujamos, y cuando ya no suelte agua la desmenuzamos en
trocitos.
En una sartén con diez cucharadas de
aceite freímos los pimientos verdes, lavados y rajados parcialmente. Los
hacemos a fuego lento, primero de un lado y después de otro, mejor con su
tapadera.
Retiramos del aceite a un plato y
reservamos.
A continuación freímos los ajos con su
piel y ligeramente machacados (hay a quien le gusta poner en este momento unas
guindillas secas y las hacen apartándolas antes de que se arrebaten). Cuando se
hayan dorado, los reservamos también (os aconsejo mantenerlos en el horno con todo aquello que va servir de acompañamiento, a baja temperatura, para que no pierdan calor).
En el
aceite restante, si es preciso, añadiremos un par de cucharadas más (no
conviene poner demasiado aceite, pues las migas grasientas son desagradables,
hay que encontrar el punto justo para que estén hidratadas sin exceso de grasa)
echamos las migas de pan y rápidamente las movemos con la rasera soltándolas,
sin apelotonar, durante quince minutos, moviéndolas de un lado a otro y
teniendo la precaución de que no se agarren en el fondo de la sartén, por lo
que os aconsejo poner el fuego a media llama. Pasados los quince minutos
apagamos el fuego y cubrimos con una tapadera.
Aprovecharemos para freír la longaniza o
lo que tengamos a mano que le vaya a ir bien, que es casi todo, como torreznos,
lomo, costillas... y por supuesto pescaditos fritos o sardinas a la plancha (siendo pescado lo haremos justo antes de servir las migas). Admiten
ensaladas distintas y frutas variadas y hasta chocolate caliente en invierno.
Esta vez he puesto lo que tenía en casa.
Diez o quince minutos antes de comer,
volvemos a calentar las migas, soltándolas siempre con el canto de la rasera y aireándolas. Las servimos acompañadas de
todo lo preparado para que cada uno se sirva lo que más le guste.
Las migas de pan quedan más jugosas que
las de sémola y son las que más gustan a mi familia.
El melón es fantástico, fresquito y
cortado en trozos, es mi complemento preferido y los buenos melones nos llegan en verano,
por eso mi madre solía hacernos las migas también en verano. Aquí, en Motril y
alrededores, las familias, siempre que hace mal tiempo y llueve dicen que es
día de migas y es que yo creo que no las han probado con melón... y sardinas
asadas ¿o sí?
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Ha llegado mi turno de vacaciones y me voy unos días fuera.
Estaré con vosotros, subiendo recetas pero no podré contestar a vuestros mensajes ni entrar a comentar en los vuestros, pues donde voy no tengo internet, y si puedo algún día, ya me veréis por aquí. Vuelvo muy prontito, os echaré de menos . Besos para todos.
ALICIA Y SUS RECETAS SE VA DE VACACIONES.
Estaré con vosotros, subiendo recetas pero no podré contestar a vuestros mensajes ni entrar a comentar en los vuestros, pues donde voy no tengo internet, y si puedo algún día, ya me veréis por aquí. Vuelvo muy prontito, os echaré de menos . Besos para todos.
ALICIA Y SUS RECETAS SE VA DE VACACIONES.
En casa nos encantan las migas, da igual que haga frío o calor. Mi abuela las acompañaba con uvas y están muy buenas también, pero admite otros acompañamientos, el melón le debe dar también un toque refrescante.
ResponderEliminarFelices vacaciones!