Todavía hay personas que se resisten en
este tiempo a tomar ensaladas frías y como a alguien se le ocurrió inventar el
término "templada" me voy a aprovechar de él trayendo esta rica
ensalada a la que le va divinamente la tibieza, a temperatura ambiente.
Ahora me viene a la memoria un chiste que
se contaba hace años cuando el señor Morán estaba de ministro, os lo cuento,
aunque es muy viejo, para haceros sonreír: Se preparaba un viaje a Rusia de
Morán y un periodista le pregunta que cómo soportará las temperaturas allí, que
están a cero grados. El ministro le contesta ¿a cero grados? fantástico, ni
frío ni calor. ¡Pobre Morán no le cayeron chistes!
Ingredientes:
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Aguacate en su punto de maduración 1.
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Tomate rojo y prieto 1.
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Cebolla ¼.
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Espinacas frescas, unas hojas.
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Gambitas blancas 150 g.
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Semillas de sésamo.
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Zumo de ½ limón.
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Aceite de oliva 3 cdas.
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Pimienta molida (opcional).
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Sal.
Elaboración:
Cortamos muy pequeñita la cebolla y la
ponemos a pochar en el aceite, unos minutos antes de retirarla le incorporamos
el sésamo y dejamos que tueste un poco antes de añadir las gambitas peladas,
que salteamos un par de minutos, apagamos cuando hayan cambiado de color.
Pelamos el tomate, le retiramos las
semillas y lo cortamos en daditos parejos. Pelamos el aguacate y lo troceamos
en daditos del mismo tamaño, regamos con el zumo de limón. Salamos.
Distribuimos el tomate y el aguacate en
una bandeja, cubrimos con las gambas y su salsa. Decoramos con unas hojas de espinacas.
Servimos enseguida.