TARTA DE LIMÓN MOUSSE

Mis amigos y conocidos me piden postres, pero no para comérselos, sino para que les diga la receta y aquí me tenéis haciéndolos e intentando espaciarlos, porque si no se me juntan en el frigorífico ya que en casa nadie se los quiere comer para no engordar. Esto se lo contaba yo a Ángeles, mi querida amiga de "El horno de Melek", no hace mucho tiempo y le pregunté lo que hace ella con sus postres y me dijo que los regala a los vecinos, inmediatamente pensé que debían estar "pelín rellenitos" dada la frecuencia con la que Ángeles hace sus postres, pero me dijo que no, que están "tiposillos" ¿cómo lo hacen? ni idea. El caso es que a base de dulces se coge peso, eso es dogma de fe.

Hoy preparé esta tarta de limón y la voy a regalar, que para eso sus destinatarios me regalaron la materia prima, todo puede ser que me vean llegar con ella y se me escondan, jejeje. Desde la puerta les diré que se la coman ¡no vayan a tirarme un zapato! que ya le quité una cuña... la del emplatado, algo es algo, jejeje.

Esta receta la aprendí de C. Bretherton con alguna variante. Os la cuento.

Ingredientes:

- Galletas María clásicas o tipo Digestive 250 g.

- Mantequilla en cubos 80 g.

- Gelatina en láminas 5.

- Limones 2, zumos y ralladuras.

- Queso crema 350 g.

- Nata para montar 300 ml.

- Azúcar 200 g.

Elaboración:

 

Triturar las galletas poniéndolas dentro de papel film resistente, en una bolsa de congelación o en la picadora.

 

Derretimos la mantequilla en el microondas y mezclamos.

Cubrimos la base de un molde desmontable con papel de hornear, para ello cogemos la base del molde y marcamos un círculo en el papel siguiendo el diámetro. Recortamos el papel y lo colocamos.

Sobre el papel extendemos la pasta de galletas, nos ayudamos con una espátula o el dorso de una cuchara de madera. Metemos en el frigorífico.

En un bol que aguante temperatura, echamos la gelatina troceada con el zumo de los limones, dejamos unos minutos hidratando.

Movemos con un tenedor y nos lo llevamos al fuego poniéndolo sobre un cazo con agua caliente, dejando que se derrita la gelatina.

Batimos el queso con el azúcar y las ralladuras. Incorporamos la gelatina templada a la mezcla y batimos para integrarlos y eliminar grumitos. Por otro lado montamos la nata hasta que forme picos, no muy fuerte. Mezclamos despacio el queso con la nata batida, suavemente para no bajarla.

Echamos sobre la base de galletas este preparado, alisando la superficie con el dorso de una cuchara mojada en agua y metemos en el frigo hasta el día siguiente.

Desmoldamos pasando la hoja de un cuchillo por los bordes y despegando con él las paredes.

Para emplatar hay que retirar con cuidado el papel de hornear. Distribuimos sobre la superficie algunos trocitos de piel de limón.