Ingredientes:
- Mantecados o polvorones de almendra.
- Bizcochos de S. Carlos o de soletilla.
- Cabello de ángel.
- Anís, azúcar y agua para mojar los bizcochos.
- Leche, azúcar y harina de maíz para hacer unas natillas.
- Azúcar glas y canela molida para cubrir y decorar.
Elaboración:
Comenzamos desmenuzando
los mantecados con la finalidad de hacer una base compacta. Para ello elegimos
un lebrillo de loza que es característico para este dulce y que generalmente se
adorna con una granada, símbolo de nuestra ciudad, como curiosidad os diré que
muchas pastelerías de Granada han hecho inscribir su nombre en estas cerámicas,
tal es el caso de la famosa pastelería López-Mezquita, en el corazón de
Granada. También son excelentes o lo han sido las cuajadas de Bernina, Flor y
Nata, Brieva, Llorca, etc.
Os adelanto, que esta receta que os voy a dar no es la receta
auténtica, que era bastante más laboriosa, a mí me la enseñaron en la casa de
mi marido, cuando aún éramos novios y la verdad es que queda bastante buena.
Con esto de las prisas que tenemos hoy día yo la abrevio aún más.
Bien, ya dispusimos los mantecados en el lebrillo y sobre ellos
colocamos bizcochos mojados en un almíbar frío que fabricamos con un vasito de
agua azucarada (una cucharada) y un vasito de anís dulce, lo diluimos bien, y
vamos empapando los bizcochos (evitando que se deshagan) cubriendo la base de
mantecado.
En el líquido sobrante aclaramos el cabello de ángel y cubrimos
los bizcochos.
La siguiente capa será de natillas espesas, que prepararemos con
leche azucarada y harina de maíz disuelta y puesta al fuego. Las natillas son
fáciles de preparar si leemos con atención las instrucciones del paquete de
harina de maíz.
Vamos alternando capas de: bizcochos, cabello de ángel y
natillas hasta cerca del borde del lebrillo, terminando con natillas, que según
los entendidos debe ser la última antes de volver a poner mantecados.
No he querido daros medidas, porque en realidad todo depende del
tamaño del recipiente, que si es más hondo os admitirá más capas, pero siempre
debéis terminar con la de mantecado. Así es que concluimos con la capa de
mantecados y cubrimos totalmente con azúcar glas. Como adorno colocamos una
granada en el centro hecha con una plantilla de papel y la rociamos de canela.
Retiramos la plantilla y ya tenemos la Cuajada de Carnaval.
Conservar la Cuajada en el frigorífico, y mientras os dure
apreciaréis que cada día que pasa está más buena.
Mucha literatura, para un dulce tan simple como yo lo hago, y
hablando de literatura me contaron una vez que llegó a Granada en el año 1913
Doña Emilia Pardo Bazán y que se quedó impresionada al degustar este dulce,
tanto es así que habla de él en uno de sus libros.
Seguro que estará buenisima
ResponderEliminarYo la haré este año por primera vez
Como has visto no tiene dificultad y queda fantástica. Saludos.
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