Esta
vez no voy a poner una receta, sino que voy a hablaros de los aceites que
usamos en la cocina.
En primer
lugar, debemos saber que existen dos grandes grupos de grasas con las que
podemos cocinar: las grasas y los aceites. Las primeras se distinguen de las
segundas, en que a temperatura ambiente (sobre los 20 ºC) son sólidas, mientras
que los aceites son líquidos. Esta diferencia no es banal, ya que necesitaremos
una textura distinta en cada momento de la cocina.
Por otro lado,
en cuanto a propiedades nutricionales, también podemos distinguir otros dos
grupos, las grasas saturadas, de origen animal generalmente aunque también las
de palma y coco. El otro grupo son las insaturadas, de origen vegetal y de los
pescados.
La
importancia de esta distinción radica en que mientras que las grasas saturadas
aumentan el colesterol “malo” (de baja densidad o LDL) en sangre en aquellas
personas propensas a padecerlo, las insaturadas aumentan el colesterol “bueno”
(de alta densidad o HDL) que reduce los niveles de colesterol y triglicéridos
en sangre por lo que nos protege de la aterosclerosis, el infarto, los ictus,
etc.
Entre las
grasas saturadas más usadas encontramos:
Mantequilla.
Nata.
Manteca de
cerdo.
Sebo de vaca.
Aceites de
coco y palma.
Y entre las
insaturadas:
Aceite de
oliva.
Grasa del
pescado azul.
Aguacate.
Aceite de
girasol.
Frutos secos.
En una dieta
equilibrada, aproximadamente el 30 % de las calorías deben provenir de las
grasas, el 50 % de los carbohidratos y el 12 % de las proteínas, teniendo en
cuenta que las grasas aportan 9 kcal por gramo, mientras que las proteínas y
los hidratos de carbono solo aportan 4 kcal por gramo, esto es, la mitad
aproximadamente.
Siempre es
mejor basar el consumo de grasas en las insaturadas, lo cual no quiere decir
que ni olamos las saturadas, pero su consumo debe ser siempre lo menor posible.
Y entre los aceites insaturados, siempre que se pueda se debe preferir el de
oliva, esa maravilla de la naturaleza que nos aporta unas condiciones nutricionales
excepcionales y unos sabores inigualables.
Otro día os
comentaré más sobre el aceite de oliva, para que aprendáis a distinguir las
diferentes variedades que podemos usar.
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